Atención integral a la violencia de género

No hay violencia física sin previa violencia psicológica. Ser iguales no es ser idénticos, la igualdad corresponde a la concesión de los derechos.


La tolerancia cero contra la violencia de género no es un eslogan sino una formulación que expresa un propósito irrenunciable, sin concesiones, excusas o manipulaciones. Tolerancia cero es la expresión de una decisión definitiva contra la violencia de género.

La violencia no es genética, se aprende viviendo con un violento. La violencia aprendida destruye el futuro de las hijas e hijos.

Nadie tiene derecho a insultar, a descalificar, a menospreciar, y finalmente, a golpear a las mujeres. La violencia de género es una clara manifestación de deshumanización. Para salir de la violencia se necesita ayuda.

Abordaje integral y de larga duración

Merced al tratamiento integral, estructurado en cinco programas sectoriales y prolongado con tiempo suficiente, las víctimas de la violencia consiguen recuperar la conciencia de su identidad perdida y reemprender el camino de sus vidas dejando en la cuneta las secuelas de la violencia. Es la superación del daño postraumático lo que les ayuda a controlar los efectos de un trauma psicológico de mayores dimensiones.

Las mujeres maltratadas descubren que la violencia de género padecida no se olvida, pero se logra superar cuando se trabaja terapéuticamente con las causas que han hecho de un hombre un agresor y de una mujer su víctima, a consecuencia del sistema patriarcal latente.

El trabajo con la unidad familiar: madre, hijas e hijos, supone tener que restaurar sus recíprocas relaciones cuestionadas y desestructuradas por la actuación del agresor. La intervención tiene también por objetivo que los menores, niños y niñas, recuperen la calma, disminuya su ansiedad y empiecen a experimentar los beneficios de laseguridad: desaparece el temor por los daños que pueda sufrir su madre, y sus necesidades en el plano de la afectividad vuelven a desenvolverse en términos de normalidad, el menor se siente escuchado, atendido, comprendido, y en su íntimo sentir, respetado.

Pero esos beneficios se quiebran con un retroceso fulminante cuando a los menores se les imponen las visitas obligatorias o la convivencia forzada con quien protagonizó la violencia en el ámbito familiar. La mujer maltratada descubre que la violencia de género padecida no se olvida, pero se logra superar cuando se trabaja terapéuticamente con las causas que han hecho de un hombre un agresor y de una mujer su víctima, a consecuencia del sistema patriarcal latente.

Centro de Recuperación Integral

En el Centro de Recuperación Integral, las mujeres y sus hijos/as encuentran un equipo multidisciplinar y altamente especializado. A este recurso puede acceder cualquier mujer española o extranjera –con sus hijos/as o sin ellos/as– que haya sufrido violencia sexista en sus relaciones de pareja, siendo fuentes de derivación las Asociaciones de Mujeres, los Servicios Sociales, Centros Asesores de la Mujer, Centros Sanitarios, o Profesionales libres que trabajan en la materia de la violencia desde cada una de sus disciplinas.