Un hombre asesina a su mujer de varias cuchilladas en O Carballiño

La violencia machista se cobró este domingo una nueva víctima en la villa de O Carballiño. De la amenaza de suicidio, que el agresor había exhibido la semana pasada de una forma llamativa desde el tejado de su propia casa, pasó José A. L. al crimen en el mismo escenario, aunque en este caso sin testigos, en el interior de la vivienda. A cuchilladas mató a su esposa, Virginia F. V., de 55 años, a quien policías locales y efectivos de Protección Civil encontraron tirada en una habitación, muerta y con evidentes muestras de una agresión que no tenía marcha atrás. No hacía falta que el médico forense certificara la muerte. Queda, no obstante, determinar en qué momento se produjo la agresión, pues fueron muchas horas las que pasaron sin noticias de ellos.

Mientras, en otra dependencia del mismo edificio, una vivienda unifamiliar en la que residía la pareja desde el pasado verano, los policías encontraron al presunto agresor con un cuchillo en la mano. Se tiraron sobre él para reducirlo. Tampoco opuso demasiada resistencia. Tenía varios cortes, alguno de ellos en el cuello. Aparentemente había intentado suicidarse, reproduciendo una mecánica que es frecuente en este tipo de episodios de violencia machista.

Él, atendido en el CHUO

Las heridas de José, o porque no le puso demasiado interés o porque no acertó con el cuchillo, no eran especialmente graves cuando los agentes de la Policía Local de O Carballiño lo esposaron y lo trasladaron para una primera asistencia médica. Le curaron las heridas y en ambulancia siguió camino hacia Ourense, con un agente en el interior del vehículo sanitario y otro policía custodiando la ambulancia. Sobre las diez de la noche llegó al CHUO el agresor, mientras en la vivienda se hacía cargo de la situación la Guardia Civil a la espera de que los equipos de policía judicial hicieran su trabajo y fuera autorizado el levantamiento del cadáver. El escenario y las circunstancias del suceso no dejaban mucho margen para interpretaciones, descartando en una primera lectura la intervención de terceras personas, pero el trabajo policial requiere de una actuación minuciosa y detallada.

Que algo iba mal en el interior de la vivienda lo supo la Policía Local por el aviso de familiares del presunto autor del crimen. No sabían de la pareja desde el sábado. La falta de noticias y los antecedentes eran motivos suficientes de preocupación. José no abrió la puerta ni dio señales de vida cuando los policías intentaron ponerse en contacto con él. Decidieron entrar por la ventana, para lo cual requirieron apoyo de Protección Civil. Accedieron a través de una ventana, encontraron el cadáver y después al presunto autor. Se estima que este intentó el suicidio al percatarse de la entrada de los policías. La fatal agresión pudo haberse producido horas antes de que se descubriera.

El primer crimen machista del 2017

Quinto en el ámbito español, el de este domingo en O Carballiño inaugura la estadística de crímenes machistas cometidos en Galicia en el 2017. En el decenio anterior, no obstante, la lacra de la violencia doméstica segó 45 vidas en la comunidad, según datos oficiales: seis en el 2007, siete en el 2008, tres en el 2009, dos en el 2010, tres en el 2011, cuatro en el 2012, tres en el 2013, seis en el 2014, ocho en el 2015 y tres en el 2016.

En un fenómeno al alza, además, son 3.019 las gallegas obligadas actualmente a vivir bajo seguimiento policial por culpa de la amenaza de sus parejas o exparejas, de acuerdo con información facilitada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Ellas constituyen lo que el sistema Viogén identifica como casos activos; es decir, que son objeto de atención por parte de las fuerzas de seguridad. Dicha protección varía en función del nivel de riesgo estimado, de modo que solo 1.250 gozan de amparo policial activo.

Se trata de una cifra que va en aumento. De igual modo, ha crecido en las cuatro provincias el número de hombres que cumplen condenas por delitos relacionados con la violencia machista: ascienden a 339 los encarcelados, frente a los 252 que estaban recluidos a finales del 2015.

En el campo de las denuncias formuladas ante los tribunales se detecta también un repunte. A lo largo de los nueve primeros meses del 2016, los juzgados de Galicia recibieron 4.175, cuando en el mismo período del ejercicio anterior habían registrado 3.956. Dicho de otro modo, el año pasado se presentaron 31 cada dos días, frente a las 29 del 2015.

Estos y otros números subyacen en el acuerdo, inusualmente unánime, alcanzado el pasado miércoles en el Parlamento autonómico. Los diputados pactaron entonces demandar más medios para prevención y asistencia