Etiqueta: Ana María Pérez del Campo

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Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas

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Un hombre asesina a su mujer y a sus dos hijos menores de edad

10/04/2024 | Víctimas Mortales de la VG

Fuente: La Voz de Galicia

Mossos d’Esquadra investiga el triple crimen machista de una mujer (42 años) y de sus dos hijos, de 8 años, la noche del martes 9 de abril en El Prat de Llobregat (Barcelona).

Según fuentes de la investigación, horas antes de localizar los cuerpos, el asesino de 43 años, y padre de los menores, se había suicidado en la estación del municipio.

El juzgado que instruye el caso ha decretado el secreto de las actuaciones mientras los agentes de Mossos de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Sur llevan a cabo la investigación.

En lo que va de año, 9 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o exparejas y 7 menores han sido asesinadas/os por violencia vicaria.

Desde 2013, 57 menores han sido asesinados por sus padres o las parejas de sus madres en crímenes vicarios

El 061 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 53 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

Ampliaremos información.

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Nos sobran motivos, os esperamos en la Puerta de Sol este 25 de marzo

25/03/2024 | Eventos Víctimas Mortales de la VG

Como cada mes, este 25 de marzo, nos sumamos a la convocatoria del Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres.

Os esperamos en Madrid, en la Puerta del Sol, a las 18:30 horas.

Porque nos sobran los motivos y estamos #Hartas

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Un hombre asesina a su pareja en Ribeira

20/03/2024 | Víctimas Mortales de la VG

Fuente: Telecinco

El Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña) ha convocado un pleno urgente para hoy, miércoles 20 de marzo y un minuto de silencio como repulsa por el crimen machista.

El crimen machista de Andrea, de 25 años, deja en orfandad a un niño de 2 años.

Primer asesinato machista en Galicia en 2024 y séptimo en España en lo que va de año.

En las últimas 72 horas, dos mujeres han sido asesinadas por sus parejas y dos niñas han sido asesinadas por su padre durante el régimen de visitas.

#NiUnaMás

#NiUnaMenos

#MachismoAsesina

Ampliaremos información.

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Ana María Pérez del Campo imparte el webinar «Transmisión generacional de la violencia»

23/03/2022 | Eventos

Nadie nace violento, la violencia se aprende. Pero ¿cuál es su origen? ¿Cómo se transmite?

Para responder a estas preguntas, la Unión de Asociaciones Familiares (a la que pertenece la Federación) organiza el webinar  ‘Transmisión generacional de la violencia’, en el que Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas (FAMSD), fundadora de UNAF y una de las mayores expertas en violencia de género de nuestro país, que hablará sobre:

  • La importancia de llegar al origen de la violencia de género para clarificar por qué hay hombres violentos y mujeres víctimas de esta violencia y prevenirla.
  • El poder ejercido a través de la violencia
  • Fases del maltrato y estrategias para salir
  • Los distintos tipos de violencia


Te esperamos el 24 de marzo de 12:00 a 14:00 h

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Ana María Pérez del Campo: «Cuando quise salir del pozo en el que estábamos metidas las mujeres, comprendí que no era justo si no peleaba por que saliéramos de él todas juntas»

17/11/2021 | La FAMSD en los Medios

FUENTE: La Razón / MARILYN DOS SANTOS

Con su historia, aquello de que lo personal es político cobra más sentido: «Cuando quise salir del pozo en el que estábamos metidas las mujeres, comprendí que no era justo si no peleaba por que saliéramos de él todas juntas», arranca Ana María Pérez del Campo, que hizo así de su propia experiencia una razón de lucha colectiva, tal y como venían coreando en las calles sus contemporáneas al otro lado del océano. Casi sin hacer pausas en su discurso, la madrileña señala una fotografía en blanco y negro en la que una versión de sí misma mucho más joven la observa con una sonrisa y le recuerda la razón de seguir sentada en su despacho a los 86 años: «No hago esto por dinero, lo hago por mi sólida ideología y, por eso, no tengo pensado parar, porque de aquello en lo que crees firmemente no te vas nunca», dice contundente sin dejar de mirar a los ojos a esa muchacha que un día se atrevió a saltarse todos los protocolos.

«Cuando yo decidí dejar a mi marido, la posibilidad de romper una relación no entraba en la mentalidad de casi nadie, tampoco entre mi familia, que me insistía en que me limitara a hacer lo que quisiera, por libre, como si las leyes de aquel entonces no me lo impidieran, como si no necesitara un permiso marital para trabajar y hasta para abrirme una cuenta bancaria», recuerda hoy sobre su osadía de hace más de seis décadas, a lo que añade: «Encima estaba embarazada, por tercera vez, pero es que si no hubiera tomado la determinación en ese momento, al año siguiente volvería a estarlo, y al otro, y al otro…porque para eso servíamos las mujeres en los 60, para ser madres y seguir a un hombre allí donde él quisiera». Desde su actual puesto como presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas de España, Ana María cierra el relato de su vivencia lanzando al aire una pregunta: «¿Qué diferencia hay entre eso y una esclava?».

Seguramente, la respuesta a este interrogante fue lo que la empujó necesariamente al activismo, como no podía ser de otra manera, de la mano de una compañera: «Conocí a la historiadora Mabel Pérez Serrano y con ella cree la primera asociación de mujeres separadas del país, pero, antes, tuvimos que ir en busca de ellas, y las encontramos en los cursillos de cristiandad», cuenta acerca de los primeros pasos de esa organización que echó a andar en 1973 tras mucho papeleo entre el que se colaron horas de interrogatorios de la Dirección General de Seguridad.

Inicialmente, la asociación nació de su unión con el grupo de mujeres católicas, pero, pronto, sus acciones coordinadas con mujeres del movimiento clandestino llevarían a Ana María y Mabel por un camino distinto, tal y como explica la histórica feminista: «Nosotras no podíamos decir abiertamente que nuestra intención era hacer la revolución, así que optamos por pequeños gestos a los que cualquier ama de casa podía unirse, como el boicot a la cesta de la compra, para el que solo había que dejar de comprar durante tres días en protesta por el alto coste de la vida, claro que tuvimos tanto éxito y la repercusión fue tanta, que la Policía intervino, y eso puso fin a nuestro relación con la otra facción». Durante esta época, a Ana María Pérez del Campo su convicción le costó varios registros domiciliarios y hasta alguna visita a los calabozos.

La persecución al feminismo no cesó de la noche a la mañana, pero, con los últimos coletazos de la dictadura y los primeros atisbos de democracia, el escenario para la lucha de las mujeres mejoró notablemente y Ana María y las suyas pudieron por fin apuntar alto: «Consideramos que nuestro primer objetivo sería conseguir aprobar una ley de divorcio y garantizar con ella una pensión para las mujeres separadas sin trabajo, que eran la gran mayoría», destaca quien se ocupó de recorrer el país hablando en ayuntamientos y universidades y de reunirse semanalmente con el ministro Francisco Fernández Ordóñez hasta lograr la ansiada aprobación en 1981. A los dos les llovieron las críticas y ella incluso llegó a recibir amenazas de bomba por teléfono, pero le dio igual, y continuó adelante segura de que «el divorcio no destruye la familia, el divorcio certifica que la familia está destruida».

El siguiente peldaño fue el de fundar en 1991 el primer centro integral de atención a las víctimas de violencia de género de España en Madrid, donde, «a diferencia de las casas de acogida, se ayuda a las mujeres a recuperar la identidad y la autoridad arrebatadas». Y ahora, lejos de rendirse y con la alegría pendiente de ver a una mujer presidiendo el Gobierno, Ana María Pérez del Campo dice que no parará mientras tenga fuerzas, «que la democracia se está tambaleando y, cuando eso ocurre, las que pagan somos siempre las mujeres».

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Pérez del Campo pide más centros para maltratadas como el que dirige en Madrid: «Es cuestión de querer, poder se puede»

12/11/2021 | La FAMSD en los Medios

FUENTE: EUROPA PRESS

El CARMM, pionero en España, cumple 30 años y se moderniza gracias a Ikea y la Escuela Madrileña de Decoración

Pérez del Campo pide más centros para maltratadas como el que dirige en Madrid: «Es cuestión de querer, poder se puede»


La histórica activista feminista Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, ha reclamado más centros integrales de atención a mujeres maltratadas como el que dirige en Madrid, concretamente uno por cada comunidad autónoma. Es cuestión de querer; poder se puede, querer no creo que se quiera», ha asegurado para reclamar más apoyo público durante la presentación del proyecto de modernización de las instalaciones que dirige desde hace tres décadas.

Lee el reportaje completo: https://www.europapress.es/epsocial/igualdad/noticia-perez-campo-pide-mas-centros-maltratadas-dirige-madrid-cuestion-querer-poder-puede-20211111165432.html


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Volver a las andadas dictatoriales

27/05/2020 | Artículos de Ana María Pérez del Campo

FDO: Ana María Pérez del Campo

FUENTE: EL PLURAL

Cuando se revuelven las huestes de la extrema derecha, las primeras en perder todo lo alcanzado somos las mujeres.

Ahora, cuando fuera de toda explicación racional -como siempre- se revuelven las huestes de la extrema derecha, con el fin de abrir el camino a sus propósitos dictatoriales, sin importarles, un bledo, que esté en juego la vida de toda la ciudadanía. Ahora, es cuando las primeras en perder todo lo alcanzado somos las mujeres.

Obtener titulaciones académicas, conseguir cargos políticos por relevantes que sean, no confieren el poder imprescindible para decidir en consecuencia, si queremos conservar lo que con nuestro esfuerzo y capacidad hemos llegado a lograr siguiendo el postulado Feminista que proclama la igualdad de derechos y deberes, sin menoscabo entre uno y otro sexo. O lo que es lo mismo, la fundamentación de la igualdad en el reparto equitativo del poder entre ambos sexos.

Las subsistentes desigualdades sexistas persisten en todos los ámbitos de la vida de las mujeres; no es mi propósito abarcarlos todos en la brevedad de esta exposición. Por ello, me ceñiré exclusivamente al Eje que propicia todas las demás, la violencia de género subsistente.

Se trata de un delito que, en 1980, la Declaración de Naciones Unidas, calificó como “El Crimen más numeroso del mundo”, y que en el año 2005 me llevó a asegurar en la publicación (Cuaderno de derecho judicial, “influencia de la violencia de género en los procesos de separación y divorcio),  “ como el instrumento más directo y efectivo para conseguir la consolidación eterna de la ideología patriarcal que consagra la discriminación flagrante de la mujer imponiendo su sometimiento y obediencia bajo control del varón.

Si se ignora un hecho tan indiscutible por la clase política actual y las instituciones del Estado, si lo olvidan o lo pasan por alto, a pesar del precepto constitucional que hace derivar la justicia del pueblo, es decir, del conjunto de la sociedad; será imposible cumplir en nombre de la justicia la función punitiva y el reproche social pertinente a los delitos de violencia de género, en que, no se olvide el agresor es el hombre y la victima la mujer, no a la inversa. Es decir, como aseguré entonces, hace 15 años, la profecía se ha cumplido, afirmaba entonces “en tanto no se asuma la disyuntiva, la impunidad de la violencia de género seguirá su curso, en forma más o menos solapada; y no habrá elaboración de ley, por aquilatada y afinada que sea, que logre poner coto o detener ese pertinaz fenómeno que constituye ya en nuestro país y en el resto del planeta una autentica pandemia de violencia de género”.

Y así seguimos 15 años después, enfrentándonos a que nos vuelvan a encerrar en las profundidades del androcentrismo patriarcal. 

El origen de la desigualdad entre los sexos recibe un acaparamiento masculino del poder, que impone de suyo una injusticia, tan complicada como es la violencia masculina contra las mujeres y los hijos e hijas comunes.

Hace 15 años dije, y ahora repito, que en modo alguno se puede obviar la enorme responsabilidad que representa abordar y conocer sin dubitaciones las características de la violencia de género y todo el proceso de la misma, que nos desvela su complejidad tanto por el carácter inesperado como aleatorio que representa asentado sobre multitud de falsas creencias educativas, y de los múltiples y diversos perjuicios que lo alimentan. 

Todo ello hace indispensable, tanto para quienes trabajan por erradicar los daños, la complejidad de los mismos, la transmisión generacional y la salvaguarda de la vida de las víctimas, mujeres e infancia, como para quienes ostentando el cargo político correspondiente, que les permite formular la acción política, imprescindible, hasta lograr su extinción, cuenten con una dilatada experiencia, para evitar un error imperdonable que cause daños irreparables a las víctimas, -mujeres e infancia-, a las que teóricamente se pretende ayudar.

Los hijos e hijas de la violencia, aquellos que conviven con un padre que la ejerce contra la madre están interiorizando a través de su propio sufrimiento una conducta que depende enteramente de la socialización en la que están inmersos, y de los condicionamientos sufridos durante su infancia.

En este sentido no cabe duda, como afirma, Ashley Montagu, antropólogo y humanista, “que la única forma de aprender a amar, es siendo amado, y la única forma de aprender a odiar, es siendo odiado”. 

Por todo ello la violencia aprendida y la sumisión asumida por los hijos e hijas que se desarrolla en un núcleo familiar presidido por la Violencia Sexista, no solo condiciona sus vidas a través de la imposición sufrida sino que a su vez consuman la transmisión generacional de una violencia irracional que impide cualquier atisbo de igualdad entre los seres humanos.

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Las que ahora no dormimos somos las mujeres

08/05/2020 | Artículos de Ana María Pérez del Campo

Fuente: EL PLURAL

Se ha trabajado para hablar con Igualdad siempre, hasta topar con una ministra que se niega a recibirnos porque «tiene mucho que hacer»

Cada vez son más las llamadas de mujeres acorraladas por las continuas amenazas del hombre que la maltrató y lo sigue haciendo aprovechando la situación de alarma creada a causa del coronavirus. Proliferan las intimidaciones del agresor anunciándole que se le ha terminado su tiempo de supervivencia o cuando le grita que no volverá a ver al hijo que el retiene o le comunica que no recibirá las pensiones de los críos, además de los sobresaltos continuos de las llamadas telefónicas silenciosas día y noche. Se siente la respiración. No se dice una palabra. Lo que pretenden es infundir miedo, crear inseguridad convertir en pánico su profecía  “sin mí tú no eres nadie”.

La lucha sin tregua de las organizaciones feministas de mujeres por erradicar la violencia sexista, era incuestionable, estaba tocando la consolidación de los derechos alcanzados a través de una igualdad suigéneris e inamovible lo que hemos venido exigiendo y negociando las organizaciones de mujeres.

Para conseguirlo, hemos trabajado y nos hemos entrevistado, fuera quien fuese él o la ministra del ramo, para alcanzar la desaparición definitiva de la violencia sexista, y lograr una indiscutible igualdad de derechos, entre quienes constituyen el Género Humano, las mujeres y los hombres.

Hasta que la competencia política recae en una ministra que se niega a recibirnos porque, al parecer, “tiene mucho que hacer”.  Osea, no sabe o no quiere saber, de la importancia de entrevistarse con las organizaciones de mujeres feministas, miembros de pleno derecho por su condición de vocales del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer.

Por la misma razón resulta inaceptable la negativa de esta ministra a atender la entrevista solicitada por los Institutos Universitarios de Investigaciones Feministas y de Género de todas las universidades públicas españolas, a las que despacho con idéntica excusa “su abrumador trabajo”.

 En fin, para que seguir con las negativas de la ministra a interesarse por intercambiar conocimientos o valorar propuestas de quienes son expertas entre otras cuestiones en la materia de igualdad y la desaparición integral de la violencia machista, que continúa transmitiendo el subsistente patriarcado.

Pero no hay que preocuparse, las mujeres seguiremos luchando más que nunca y recordando que a fecha de hoy.

Han sido asesinadas por sus parejas masculinas 18 mujeres, que además una joven de 24 años perdió la vida a manos de su padre cuando trataba de defender –sin conseguirlo–  la vida de su madre, que a una pequeña de 3 años le quito la vida su padre después de matar a la madre y por último un hombre perseguidor de una mujer que le rechazaba, acabo matándola.

En fin, en total el cómputo de víctimas de violencia de género que asciende a 21. Estarán conmigo que esta barbarie compete a los gobiernos democráticos.

Ana Mª Pérez del Campo Noriega, presidenta de la FNAMSD

Ana María Pérez del Campo, la aristócrata que escapó del maltrato y se convirtió en una histórica feminista

06/08/2019 | La FAMSD en los Medios

Entrevista en INFOLIBRE. Publicada el 05/08/2019.

Autora: Dori Ayllón contacta@infolibre.es @Dori_az3

  • La activista creó en 1973 la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas y redactó algunos de los artículos de la Ley del Divorcio
  • En agosto, infoLibre recuerda a algunas de las mujeres que han marcado la historia española del siglo XX en la política, la cultura, la ciencia o el deporte en «La mitad de todo»

Ana María Pérez del Campo (Madrid, 1936) es parte de la historia del feminismo en España por su lucha personal incansable contra el machismo. Gracias a ella, entre otras compañeras del movimiento feminista, el Estado reconoció que las mujeres, por el simple hecho de serlo, sufrían violencia y, como consecuencia, comenzó a legislar a favor de la igualdad de género. La aportación de Ana María Pérez del Campo a favor de la igualdad entre mujeres y hombres es el motivo de su inclusión en La mitad de todo, la sección de la revista Verano libre dedicada a recordar a algunas de las mujeres que han marcado la historia española del siglo XX en la política, la cultura, la ciencia o el deporte.

«Provengo de una familia destacada y muy conservadora que me ha echado en cara que yo sea feminista, de izquierdas (…). Me han mortificado mucho por eso», relató Pérez del Campo en el libro La mujer que dijo basta, que escribió la periodista Charo Nogueira sobre la vida de la militante feminista. Y es que Ana María Pérez del Campo sufrió en primera persona maltrato físico y psicológico por parte de su exmarido, con quien se casó en 1956 y de quien escapó, con dos hijos y uno en camino, en 1961. A partir de ese momento, pasó a formar parte activa del movimiento feminista, al que todavía hoy, con 83 años, sigue perteneciendo y defendiendo.

En aquel momento no existía la Ley del Divorcio y, por tanto, no podía separarse de su maltratador. Sin embargo, su matrimonio por la Iglesia fue anulado después de haber peleado judicialmente durante nueve años. A pesar de haber conseguido separarse, Ana María Pérez del Campo quería que ninguna mujer tuviese que pasar por el maltrato que ella sufrió y, por eso, a finales de los años sesenta impulsó una red de asesoramiento y apoyo legal para mujeres que acabaría siendo, en 1973, la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Todo ello en plena dictadura franquista.

Acciones reivindicativas a favor del divorcio

En 1974, Ana María Pérez del Campo se diplomó en Derecho Matrimonial y Práctica Procesal y a través de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas redactó, junto con sus compañeras, estatutos civiles y canónicos que remitieron al Ministerio del Interior y al Arzobispado de Madrid. Asimismo, en nombre de su asociación, propuso al Gobierno de la UCD un borrador de proyecto de ley sobre el divorcio y algunas de sus propuestas quedaron recogidas en el texto del proyecto que se presentó en las Cortes y que estas aprobaron en 1981.

Para conseguir que se aprobase aquella ley, el movimiento feminista desarrolló diferentes actividades reivindicativas, como encierros en iglesias, manifestaciones multitudinarias y caceroladas, quese saldaron con detenciones. La propia Pérez del Pozo pasó por los calabozos y sufrió registros domiciliarios.

Sin embargo, su labor a favor de la igualdad no quedó ahí, ya que continúa participando en charlas sobre violencia machista y exigiendo a los distintos gobiernos campañas de sensibilización sobre malos tratos hacia las mujeres. En este sentido, en 1991, Ana María Pérez del Campo fundó el primer centro integral de atención a las víctimas de violencia de género. En 2017, en una entrevista en El Confidencial, afirmó lo siguiente: «No deseaba que durara 25 años. Deseaba que la ley contra la Violencia de Género de 2004 surtiera los efectos necesarios para que la violencia acabara. Pero esa ley, en la que las organizaciones de mujeres trabajamos a tope, sólo está desarrollada al 40%».

«Terrorismo de género»

La histórica feminista fue quien acuñó el término «terrorismo de género» para referirse a los asesinatos cometidos por hombres hacia las mujeres por el simple hecho de serlo y, sigue sin comprender cómo «este país ha acabado con la violencia de ETA pero no puede acabar con la violencia de género». «La sociedad española estaba muy concienciada sobre el terrorismo etarra pero nada concienciada con el terrorismo de género», aseguró en la citada entrevista.

Ana Pérez del Campo no duda en definirse como una mujer «100% feminista» y por eso en una reciente entrevista en EFE, con motivo del Día Internacional de la Mujer, aseguró que el feminismo la había ayudado a comprender lo incomprensible: «Realmente yo no entendía lo que pasaba entre los hombres y las mujeres cuando en mis tiempos jóvenes tenía que observar la enorme discriminación que la dictadura franquista nos imponía. Sin embargo, lo que está ocurriendo ahora es escalofriante. Es una marcha hacia atrás que puede retrotraernos a las circunstancias que yo viví. Sí, la democracia española está en riesgo».

Pérez del Campo continúa presidiendo la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, y acudiendo a su despacho para ofrecer asesoría a las mujeres que se quieran divorciar o sean maltratadas por sus parejas.

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Curso de violencia de género en el Ayuntamiento de Fuenlabrada

16/04/2017 | Artículos de Ana María Pérez del Campo Vídeos

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