Organizaciones convocantes de la manifestación del 25N piden unidad frente a la violencia contra las mujeres
Esta será una idea central de la convocatoria para el próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Las Organizaciones convocantes desde 1997 de la manifestación en Madrid, como el Foro contra la Violencia hacia las Mujeres, el Consejo de participación de las Mujeres de Madrid y otros municipios de la Comunidad de Madrid, junto a las asociaciones del Movimiento Feminista de Madrid (MFM), ponen en valor la unidad de acción frente a la violencia contra las mujeres.
Estas organizaciones, que han estado en Madrid durante décadas a la vanguardia de las movilizaciones, que han concienciado a la sociedad sobre la gravedad de la intolerable y persistente violencia contra las mujeres, recuerdan que esta violencia, a través de sus diferentes formas, supone la más ostentosa vulneración de los Derechos Humanos de las mujeres y las niñas.
De lo local a lo global, en un momento convulso en el contexto internacional con violaciones sistemáticas de estos derechos, es necesario un llamamiento a una movilización masiva y unitaria para enfrentar los grandes desafíos pendientes en la lucha por la erradicación de esta violencia específica.
En torno al 25 de noviembre, organizaciones e instituciones en todo el mundo recuerdan la gravedad de esta violencia, su incidencia e impacto. Una fecha señalada para denunciar toda forma de violencia ejercida sobre las mujeres y reclamar el compromiso social y político para su erradicación.
El incuestionable repunte de esta violencia tiene causas que es preciso acometer. No existe un mensaje más poderoso que el de la unidad de toda la sociedad –instituciones, partidos políticos, agentes sociales, sociedad civil– cuando unen esfuerzos para el rechazo a la violencia y suman voluntad de acuerdo para articular respuestas para afrontarla.
Nos posicionamos radicalmente en contra de quienes niegan la existencia de la violencia específica contra las mujeres. Denunciamos que el negacionismo refuerza a los agresores y desactiva la capacidad de respuesta de las instituciones. Por eso, frente a la violencia contra las mujeres solo cabe la unidad de respuesta de la sociedad civil y los poderes públicos, dejando al margen intereses partidistas.
Es con el esfuerzo concertado de todas las instituciones y organizaciones públicas y privadas como podremos expresar un rechazo unánime y sin fisuras a cualquier forma de violencia contra las mujeres.
Así nos lo reclaman la memoria de las miles de mujeres asesinadas, y aquellas que viven aún bajo el control aterrador de los violentos.
En nuestro contexto, nos enfrentamos a importantes desafíos en la lucha contra la violencia machista:
– El repunte en el número de feminicidios en España en varios de los últimos meses exige esta unidad firme. El verano de 2023 ha sido uno de los más negros en el número de mujeres víctimas de los últimos años, con 16 asesinadas por sus parejas o exparejas. En este momento, el Gobierno no ha proporcionado aún los datos de los feminicidios fuera de la pareja –a manos de otros familiares u otros hombres– del primer semestre de 2023.
– El creciente dato sobre la desprotección de las mujeres que habían interpuesto denuncia es una clara señal de alerta: un 44% de las 50 mujeres asesinadas en 2022 por sus parejas o exparejas había denunciado al agresor que acabó asesinándolas.
– La alta impunidad de los delitos de violencia machista queda de manifiesto ante el hecho de que siete de cada diez condenados a prisión por delitos graves de violencia machista en 2022 no cumplieron su pena, según la última memoria de la Fiscalía General del Estado: se impusieron 7.113 penas de prisión, de las que 4.992 han sido suspendidas y 120 sustituidas.
– La persistencia de la violencia machista en sectores de población joven. La pornografía y la falta de coeducación en valores de igualdad están tras el aumento de agresiones sexuales. Una preocupación que no sólo señala el movimiento feminista, sino también estudios universitarios o la propia Fiscalía, que advierte de un alarmante aumento del 116% de agresiones sexuales cometidas por menores en el último lustro.
– La mercantilización de las mujeres atenta contra su integridad física, su salud, su dignidad y sus más elementales derechos. Nuestro país, uno de los principales lugares de tránsito y destino de la explotación sexual según Naciones Unidas, necesita políticas públicas más eficientes contra un sistema prostitucional que destroza miles de vidas.
– La impunidad de las prácticas de explotación reproductiva de mujeres en el extranjero reclama una revisión profunda de los instrumentos que están permitiendo el aumento de demandantes españoles. Es necesario recordar que en el marco de nuestra legislación vigente la explotación reproductiva se define como una forma de violencia contra las mujeres, lo que exige la prohibición efectiva de todo instrumentoque la legitime o la fomente.
La violencia machista tiene muchas caras, desde el feminicidio, la agresión física, sexual, psicológica, violencia vicaria, institucional, económica, en el ámbito sanitario, simbólica, los distintos tipos de acoso laboral o sexual, hasta la imposición cultural de los estereotipos de género.
La violencia por razón de sexo es causa y consecuencia del control social y opresión sobre las mujeres y golpea con especial dureza a las más vulnerables –en entornos de pobreza y precariedad, migrantes, con discapacidad, en el mundo rural, menores o minorías–.
La erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas concierne a toda la sociedad. Por eso, este 25N hacemos un llamamiento a una movilización unitaria que exprese un compromiso, sin fisuras, para garantizar sistemas preventivos eficaces, seguridad para las víctimas y reparación a las supervivientes.
Madrid, 14 de septiembre de 2023