«Lo que no es el sujeto político del feminismo es la diversidad»

5 marzo, 2020

Fuente: EL MUNDO

En el feminismo histórico o radical (porque va a la raíz, no porque sea extremo) hay un fuerte malestar con tres leyes de Unidas Podemos. Las consideran una «aberración» y un «disparate» porque «invaden derechos de las mujeres y de los menores de edad». En el punto de mira están las dos anteproyectos de ley de derechos trans y LGTBI de la formación morada, así como el proyecto de Ley de Libertad Sexual del Ministerio de Igualdad, aprobado este martes en el Consejo de Ministros en medio de muchas discrepancias en el seno del Gobierno.

«Si las leyes trans hubieran existido en nuestra generación, cuando teníamos 12 años, ahora seríamos señores con bigote y barba y con una doble mastectomía, porque cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores, siempre decíamos que queríamos ser chicos. Era más divertido ser un chico que una chica: ellos tenían el protagonismo y nuestros roles nos parecían ridículos. Nuestras madres nos hubieran hormonado y nos hubiéramos convertido en chicos», ha expresado este martes la filósofa Victoria Sendón, arremetiendo contra el concepto de «autodeterminación de género» (una persona es simplemente lo que se siente, sin que nadie tenga que certificarlo) que reivindican las teoríasqueer y que está plasmado en las leyes de Unidas Podemos.

«Lo que no es el sujeto político del feminismo es la diversidad. Hay movimientos que se quieren subir al carro del movimiento feminista, pero representan el 0,1% de la población. Lo LGTBI no implica necesariamente feminismo. Podemos lo ha puesto bajo el mismo epígrafe y ha sido un lío. No tenemos objetivos ni intereses comunes. Siempre hemos apoyado el movimiento trans y gay, pero no somos la misma cosa», ha añadido esta histórica feminista.

Elena Rabade, del Partido Feminista, ha advertido de los peligros para los menores de edad: «Están planteando algo muy grave, que es llegar al Registro Civil y decir hoy que eres mujer y mañana que eres hombre. Si hasta los 18 años no puedes votar o conducir, ¿cómo con una sola declaración un niño puede disponer sobre su cuerpo y su salud? Deberían poder intervenir los servicios sanitarios o el Ministerio Fiscal».

Amparo Ballesteros, de Nación Mujeres, ha recordado que países como Canadá o el Reino Unido han aprobado leyes donde «la simple declaración de una persona que se siente de un género que no es el suyo tiene validez a todos los efectos legales» y «los hombres trans ganan las competiciones femeninas, exigen ser vistos por ginecólogos sin ser operados, van a cárceles femeninas y entran en las mismas celdas que las mujeres, donde han cometido violaciones». «Es un escándalo para las mujeres, no queremos que España se arrepienta como en otros países, donde el lobby trans es importantísimo».

DOS MANIFIESTOS EN EL 8-M

Lo han dicho en una rueda de prensa convocada por el Movimiento Feminista de Madrid en el que se ha leído el manifiesto alternativo al de la Comisión 8M, las organizadores de la convocatoria, que discrepan con las feministas históricas en cuestiones como las teorías queer, la prostitución o los vientres de alquiler.

Esas discrepancias se han evidenciado en el manifiesto, que avisa: «No podemos diluirnos como sujeto político del feminismo ni permitir la implantación normativa de una neolengua que nos hace invisibles, que redacta ‘progenitor gestante’ por ‘madre’ en textos legales. El sexo es una realidad políticamente significativa y, si no frenamos este borrado, la igualdad quedará entrampada en la diversidad».

Estas feministas lamentan que el Gobierno no haya contado con ellas para hacer sus leyes. «No nos han incluido en los debates», ha indicado Lourdes Hernández, presidenta del Consejo de las Mujeres de Madrid. También insisten en que no están en contra de las personas transexuales ni tienen nada contra el movimiento LGTBI, al que históricamente han apoyado, pero defienden que «promulgar leyes de autoidentidad sexual, fusionada con el género, no sujetas a nada verificable salvo a la voluntad de cada momento, es problemático para las mujeres».

Y esto es lo que ocurre, aseguran, en las normas trans que prepara el Ministerio de Igualdad, pero también en el ya aprobado proyecto de ley del sólo sí es sí, donde, en el borrador inicial de Igualdad -que ha sido modificado- aparecían conceptos que «eliminan la categoría de sexo y lo sustituían por identidad de género», lo que implicaba, por ejemplo, «la tergiversación de datos estadísticos» y «se borra el principal factor de riesgo de una violación: ser mujer».

«NI EN CALLEJONES NI CON ALCOHOL»

«Exigimos una ley que se empape bien de lo que es la violencia sexual. El 80% de la violencia sexual no se produje en callejones oscuros ni en donde hay alcohol», hafeminis afirmado Sonia Lamas, de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas, que pide «no dejarse enredar por conceptos rarunos y definiciones no sustentadas».

«Legislar sin prever todas las derivadas podría dificultar las políticas para la paridad o contra la violencia sexual, desvirtuar espacios en los que la seguridad y la privacidad son importantes, especialmente para los más vulnerables», alerta el manifiesto, que será leído el sábado por la mañana en un acto público en Madrid.

Lo han firmado más de una treintena de asociaciones y se ha presentado en el Consejo de las Mujeres de Madrid, al que pertenecen colectivos tan relevantes como los sindicatos UGT y CCOO, la Asociación de Mujeres Juristas Themis, la Federación de Mujeres Separadasy Divorciadas o Mujeres Progresistas. Sus puntos de vista van en la línea de las tesis de la ex diputada del PSOE Ángeles Álvarez, la filósofa Alicia Miyares, la miembro del Consejo de Estado Amelia Valcárcel.

La división entre este feminismo histórico, que se reivindica como «el mayoritario» y que tiene muchas jóvenes en sus militantes, y el llamado transfeminismo o feminismo queer , nacido al calor del 15-M y amparado por Unidas Podemos, es más intensa que nunca en vísperas del 8-M. Las primeras acusan a las segundas de ser «feministas de unicornio» y las segundas acusan a las primeras de ser unas terfs (feministas radicales transexcluyentes). El último episodio se ha saldado con la expulsión del Partido Feminista de IU por las críticas vertidas por su presidenta, Lidia Falcón, hacia las personas transgénero.

El manifiesto también es un toque de atención a Irene Montero cuando reivindica que «lo contrario de la abolición de la prostitución es la barbarie, el feminismo es abolicionista» y exigen al Gobierno que elabore «una ley abolicionista de la prostitución» porque «cuando un Estado legaliza la prostitución se hace cómplice por sus tributos». La ministra de Igualdad se declara abolicionista, pero las feministas le reprochan que «no haya hecho ningún gesto».

«La prostitución y la pornografía son las mayores expresiones de violencia sexual y no las han recogido en la ley», ha denunciado Victoria Sendón. «Es el Ministerio de Igualdad o de lo que sea. Menos bla bla ba y más hacer».