Las custodias compartidas de hijos menores suben al 28,3%
- La compartida sube en detrimento de la custodia exclusiva de los menores para las madres, que en un año ha pasado del 69,9% al 66,2%.
- La custodia compartida salta del 2% al 25% en diez años en España.
Los padres y madres cada vez comparten más la custodia de los hijos tras un proceso de separación o divorcio. La última estadística del INE, referida a 2016 y publicada este lunes (PDF), apunta a un incremento de casi un 15% (del 24,7% al 28,3%) en la custodia compartida a costa de una reducción de las custodias otorgadas a la madre, que bajaron del 69,9% al 66,2%.
La estadística ‘Nulidades, Separaciones y Divorcios’ demuestra que el incremento de las custodias compartidas es de siete puntos porcentuales respecto al año 2014, cuando compartían cuidado y manutención de los hijos menores el 21,2% de los padres tras un divorcio o separación. Este incremento es buena prueba del auge de esta fórmula postdivorcio, en detrimento de las custodias exclusivas de madre. Mientras en 2014 eran el 73,1% las entregadas a la madre, en 2015 lo fueron el 69,9% y en 2016 bajan al 66,2%.
En concreto, el 43% de los matrimonios que se separaron o divorciaron el año pasado tenían hijos menores (o mayores dependientes). Es un porcentaje similar al del año pasado, según el INE. La custodia fue otorgada a la madre en la mayoría de casos (66,2%), pero esa cifra no deja de bajar. Al contrario que las custodias compartidas, que el último año saltaron de 13.074 a 14.954 con un número de disoluciones prácticamente similar. La custodia exclusiva para el padre en 2016 se dio en el 5,1% de los casos, una décima más que un año atrás.
La Asociación Española de Abogados de Familia (Aeafa) considera que hay tres claves que explicarían la tendencia de las custodias compartidas. La primera sería que las Comunidades Autónomas que pueden legislar civilmente están regulando la custodia compartida con carácter preferente «entendiendo el legislador que, en condiciones ideales, es más interesante un modelo de custodia compartida que el monoparental», explica su portavoz, José Gabriel Ortolá. En segundo lugar, Ortolá indica que en los territorios con derecho común, los que se guían por el Código Civil, donde la custodia compartida no está establecida con carácter preferente, «sin haberse cambiado la ley, el Tribunal Supremo está interpretando que la custodia compartida es lo deseable». Así, «los juzgados, atendiendo a la doctrina del Supremo, cada vez están siendo más proclives al establecimiento de la custodia compartida si no se demuestra que es una opción mala».
La tercera clave a considerar, para la Aeafa, es que socialmente también está calando la custodia compartida, «porque al final los dos miembros de la pareja trabajan y las dos partes han de conciliar su vida laboral y familiar. Ya se reconoce muchas custodias compartida de común acuerdo». Para la Asociación de Mujeres Juristas Themis, el alza de la custodia compartida se debe a una relajación de las condiciones que el Tribunal Supremo impone a la fórmula. «Las circunstancias son cada vez más laxas, basta con que ambos progenitores estén capacitados y tengan habilidades», explica Amalia Fernández Doyagüe, presidenta de la asociación. A su juicio, sin embargo, no debería bastar con estar capacitado, sino que «debería seguir teniéndose en cuenta quién y cómo va a cuidar de esos hijos, a los que se debería preguntar la opinión, y debería estudiarse, a los seis meses por ejemplo, cómo influye la alternancia de domicilios en los niños».
La estadística del INE correspondiente a 2016 demuestra que en España la custodia compartida se da en mayor número en divorcios de mutuo acuerdo (12.305) que en divorcios contenciosos (2.072). Lo mismo sucede en las separaciones. Mientras que se dieron 516 custodias compartidas de mutuo acuerdo, las de separaciones contenciosas sumaron 61.
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, incide en la necesidad de investigar qué ocurre después de la custodia compartida impuesta judicialmente en procesos contenciosos «porque la estadística no recoge cuántos conflictos surgen después». Pérez del Campo considera que los hombres que asumen su responsabilidad en la crianza son cada vez más y lo hacen de mutuo acuerdo. Sin embargo, son los procesos contenciosos los que le preocupan. Pérez del Campo advierte de hombres que reclaman la custodia «como vendetta contra las mujeres, porque han sido ellas las que han pedido el divorcio, y para evitar pagar unas pensiones que son una limosna».
¿Una ley para la custodia compartida?
El Partido Popular tiene entre manos la elaboración de un proyecto legislativo para que el Código Civil favorezca la custodia compartida también en las separaciones y divorcios contenciosos. Desde la oposición, el PSOE pide legislar «en interés del menor» y defienden «que los jueces deben intervenir sólo en aquellos casos en los que exista conflicto y que hay que dejar a las partes que negocien el modelo de custodia cuando se realiza de mutuo acuerdo, que son la mayoría de los casos de divorcio».
En la sociedad civil hay tanto colectivos partidarios como detractores de una legislación que prime la custodia compartida:
De un lado está Todos Iguales, que defienden que lo ideal es el acuerdo entre las partes pero que si éste no se da «lo menos malo es la custodia compartida, siempre que ambos estén capacitados para ejercer la corresponsabilidad parental», en palabras de su presidente, Fernando Chapado. Este padre divorciado no entiende que «si unos padres cuando están casados los dos tienen la custodia cuando se separan al padre se la quitan. Seguimos siendo unos buenos padres aunque nos divorciemos».
De otra parte está Custodia en Positivo, asociación que defiende la custodia compartida de mutuo acuerdo pero expresa rechazo frontal a la imposición judicial. «Consensuada sí, si ha habido antes corresponsabilidad parental», sostiene Juan Ramón Perís Santiago, abogado y presidente de esta asociación. «Porque si su relación es mala y no alcanzan acuerdos, los perjudicados van a ser los niños».
Menos disoluciones matrimoniales
En otro orden de cosas, la estadística del INE refleja una ligera reducción en las disoluciones matrimoniales a lo largo del año 2016. Así, mientras que los divorcios (96.824) subieron un 0,3%, las separaciones (4.353) disminuyeron un 6,4%. Sobre quién pidió la disolución, el INE refleja que mientras en un 64,6% de los casos fue un interés mutuo, en el 22% de los casos la solicitaron las mujeres y en el 12% los hombres. La duración media del matrimonio que se divorcia se situó en 16 años mientras que en las separaciones fue de 21 años. Respecto a la litigiosidad de estos procesos, en las separaciones se dio un 85,1% de mutuo acuerdo por un 14,9% de contenciosas. Mientras que en los divorcios estos porcentajes fueron del 76,6% de mutuo acuerdo por un 23,4% restante de contencioso.
Fuente: 20 minutos