La violencia machista crece más entre los hombres jóvenes
31.286 mujeres se inscribieron el pasado año en el registro Central para la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género, un 7,9% más que en 2017
FUENTE: EL PAÍS. REDACTORA: ISABEL VALDÉS
Las víctimas por violencia de género con órdenes de protección o medidas cautelares han aumentado sin pausa desde 2014. Aquel año hubo 27.087, subieron hasta las 29.008 en 2017 y el pasado año se contabilizaron 31.286, un 7,9% más que el año anterior. Los datos, publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística, apuntan además a una situación “preocupante” para las expertas que tiene como protagonistas a hombres y mujeres jóvenes.
Casi la mitad de las víctimas (un 47,3%) tenía entre 25 y 39 años —aunque donde más aumentó fue entre las de 60 a 64 años (un 15,1% más) y entre las de 18 y 19 (10,9%)—. De los 31.250 hombres denunciados el pasado año por violencia machista (un 7,8% más que el año anterior), cerca de la mitad tenía de 30 a 44 años. Pero las denuncias que más se elevaron corresponden al tramo de 18 a 19 años: un 14,1% más, de 518 en 2017 a 591 en 2019. Le siguen los de 25 a 29 años (con un incremento del 11,9%), y en tercer lugar los de 20 a 24 años (9,4%).
¿Crecen las agresiones o las denuncias? Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la violencia de género, recuerda que “estos son los casos más graves, víctimas hay muchas más”. El año pasado, según el Gobierno, las denuncias alcanzaron su máximo histórico: 166.961, y las organizaciones internacionales estiman que solo denuncian el 30% de las víctimas. El experto señala además, que también suben “los casos graves, los que requieren medidas cautelares, y dentro de la gravedad, además, el 69,5% de estos delitos corresponden a lesiones y torturas”.
Esto, dice, puede venir provocado por una “reacción del machismo ante el crecimiento del feminismo”. Pero es verdad que estos delitos “se denuncian y se visibilizan más. Cada vez la violencia machista atrapa menos y durante menos tiempo, las mujeres sienten que hay mejores condiciones para salir de ahí”. Algo que refrenda Pilar Martín-Nájera, la fiscal responsable de violencia de género: “Aumentan las medidas [cautelares, como las órdenes de alejamiento, por ejemplo, que subieron un 9,1%, en 2018 se dictaron 98.044], también las sentencias condenatorias y bajan las absolutorias. Esto se traduce en un apoyo a las víctimas por parte de la justicia, que está cambiando, cada vez con más perspectiva de género”.
Las mejoras judiciales, el empoderamiento femenino de las más jóvenes, el retraso en este camino de los chicos, la falta de una educación afectivosexual y las redes sociales son algunos de los elementos de una mezcla compleja a la que apunta tanto Miguel Lorente como Mar Venegas, profesora de Sociología en la Universidad de Granada y autora de un análisis sociológico de la política afectivosexual en la adolescencia, que añade que “también cala el discurso falso de la extrema derecha en relación a la inexistencia de la violencia de género”, que se propaga en redes sociales, donde los usuarios más asiduos son los jóvenes.
La clave: educación
Venegas señala que hay mucha disparidad por comunidades: “Andalucía tiene un plan aprobado desde 2005 en este ámbito, País Vasco y Cataluña han trabajado mucho en la coeducación, Castilla-La Mancha tiene una cátedra de género y se investiga en este sentido y en Valencia hay un reciente interés, pero nada generalizado”. La cuestión para la investigadora ha de estar centralizada: “El tema es si se quiere apostar por esto desde la política”.
La situación es “clarísima” para Yolanda Besteiro, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas. “Las franjas más jóvenes son las que más muestran esta realidad. Ellas piensan que están más empoderadas y ellos creen que son más respetuosos, pero viven muchas veces en una falsa realidad de igualdad”. Asegura que hoy, todavía, ellas son educadas “en el rosa” y ellos “en el azul”. Ni en casa ni en la escuela hay todavía “coeducación real, que es la clave”. Con este panorama, arguye, “las alarmas tardan más en saltar porque creen que no están siendo socializados en el machismo, y sí”.
Recuerda Lorente la Ley de Violencia de Género, de 2004. «Un magnífico esqueleto al que le falta desarrollo», dice. «Y eso se nota en cifras como estas, que visibilizan que seguimos fallando en prevención. Se repite continuamente, y el motivo es que es absolutamente cierto que la educación es clave para revertir estos números», arguye Lorente, que se refiere, entro otros datos, a la reincidencia —»hay 6.420 infracciones cometidas por reincidentes»—, o el aumento de casos tras la ruptura (un 0,8%).
En 2017, 653 menores vivían con órdenes de protección a causa de la violencia machista; en 2018 fueron 677. «Ante la brutal expansión del movimiento de la sociedad contra el orden patriarcal, el machismo reacciona con violencia. Hay que poner en marcha los mecanismos para que esto no siga sucediendo». Y, asegura el experto, esos mecanismos están siendo erróneos: «No debemos dirigir la pelea contra la violencia de género. Estas cifras son solo una de las consecuencias, con las que ya no se puede trabajar. El problema es el machismo, eso es lo que hay que erradicar para que no suceda ni esto ni el resto de consecuencias, que, no olvidemos, tienen víctimas mortales».
En 2018, 47 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, la cifra más baja desde que se registran datos oficiales y a la que se sumaron tres menores. En lo que va de 2019, el dato asciende a 20 y dos casos en investigación. La última víctima confirmada fue Lourdes Mantilla, encontrada el pasado jueves 9 de mayo por la Guardia Civil. Estaba tumbada en una cama, con signos de violencia, desnuda y con una rosa en el pecho, en Torre-Pacheco (Murcia). Tenía 42 años. Marco Vinicio, su pareja y principal sospechoso, fue detenido a las pocas horas en el aeropuerto de Alicante con unos billetes comprados para huir a Ecuador.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, cree que esta ha de ser «una cuestión de Estado» porque «es un problema de Estado». Lo dijo durante la inauguración de la jornada El sustrato sociológico de la violencia de género, organizada por el Ministerio de Justicia. Delgado, que ve estas cifras como «escandalosas y alarmantes», recordó que esta violencia no es nueva, «sino latente» e hizo alusión a una cifra: el 76% de la población española cree que la desigualdad y el sexismo es «inexistente». Como Miguel Lorente, la ministra cree que hay que ir a «las causas estructurales y pensar en clave de perspectiva de género», que es, según ella, la forma de «avanzar».
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