La violencia de género provoca que cada día una mujer se vea obligada a dejar su puesto de trabajo en España
Al menos una mujer cada día se ve obligada a dejar su puesto de trabajo en España por su condición de víctima de violencia de género. Sólo entre 2013 y 2017 se firmaron en nuestro país 1.395 contratos de sustitución de mujeres víctimas de violencia machista, es decir, una media de algo más de un caso (1,3) durante cada uno de los 1.825 días que transcurrieron en esos cinco años. Eso implicó que alguien (hombre o mujer) ocupó el lugar de trabajo de 1.395 mujeres que ya no pudieron seguir en ese empleo.
El dato lo ha obtenido la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de entre las tablas estadísticas de la Delegación para el Gobierno contra la Violencia de Género, alimentadas a su vez por el Servicio Público de Empleo Estatal del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Y lo ha hecho al preparar la presentación, junto a la Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género (AIVIG), de la campaña Nos preocupa tu vida, una especie de ofensiva «para detectar a víctimas de violencia de género en el ámbito laboral». La idea del CSIF es formar en las estrategias de la lucha contra la violencia machista a más de 10.000 delegados y delegadas sindicales.
En los últimos cinco años, las empresas firmaron 1.395 contratos de sustitución por violencia machista
«Se trata de que sean capaces de detectar las señales que emiten las víctimas, algo muchas veces sutil y casi secreto. Sabemos que las mujeres que sufren maltrato faltan más al trabajo, están más asustadas o retraídas. Queremos ofrecerles apoyo, asesorarlas laboralmente, ayudarlas a denunciar y enviarles un mensaje positivo». Lo dice Marian Mur, secretaria de Igualdad del CSIF, que se ha topado con casos de resistencia o desconocimiento en las empresas a la hora de manejar situaciones con empleadas víctimas de violencia de género.
Eso también quiere decir que las 1.395 mujeres maltratadas que fueron sustituidas son sólo las que dejaron o cambiaron de puesto de trabajo, pero no todas las que, aun siendo víctimas de los agresores de género, siguen trabajando.
El espanto de esa violencia física o psicológica puertas adentro lo conocen bien las siete supervivientes que protagonizan Voces para la superación, un vídeo en el que cuentan su historia «para que otras mujeres denuncien y puedan, como nosotras, comenzar una nueva vida». Son siete vidas de hundimiento y rescate contadas a cara descubierta en 4,29 minutos.
El sindicato CSIF formará a 10.000 delegados para detectar víctimas de violencia machista en el trabajo
Como la de Miriam, presidenta de la AIVIG: «Su sonrisa y actitud libre me engañaron. Me metí en un laberinto que creía que no tenía salida. Me sentí indefensa y abrumada hasta que una de sus hostias me despertó. Tú eres el propio salvavidas aunque no lo creas. Ahora yo soy mil veces más fuerte».
Como la de Verónica: «Me prometió que iba a ser su princesa y terminé siendo su criada. Me fui dejándolo todo atrás y seguía maltratándome con mis hijos. Hoy, embarazada, tengo una nueva vida de felicidad y ahora viene más».
Como la de Nieves: «Durante toda mi enfermedad me gritaba ‘¡Muérete ya, asquerosa!’. Me hizo sentir nadie. Las cicatrices en el alma quedan, pero de ahí coges fuerza para resurgir como el ave fénix».
Como la de Bienve: «Tras cada agresión y humillación, me decía ‘Supéralo’. Nunca se disculpaba, sólo se justificaba. A los cuatro meses de embarazo huí para criar a mi hija en un entorno de paz y amor.Me reconstruí para ser su modelo de mujer».
Fuente: El Mundo