Iratxe García Blanco: «Las mujeres inmigrantes llevan la mochila cargada de estereotipos»

Dieciséis mujeres inmigrantes participan en el tercer taller del programa SARA que desarrolla Cruz Roja Ourense para ayudar a este colectivo a integrarse en la sociedad y en el mercado laboral. La iniciativa, cofinanciada por el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Sanidad, reúne bajo un mismo techo a mujeres de Rusia, Rumanía, Venezuela, Cuba, Ecuador, Camerún, Pakistán, Marruecos, Brasil o Portugal, muy alejadas en lo cultural pero con un mismo problema, la dificultad para lograr la independencia económica. Iratxe García es la técnico responsable de este programa en Ourense.

-¿Asumir que necesitan ayuda es el primer obstáculo que tienen que salvar?

-El programa SARA es un proyecto que ayuda mucho pero que se ve con desconocimiento. A un taller de cocina sabes que vas a aprender a cocinar pero éste es difícil de explicar. Ellas preguntan qué van a aprender y yo les digo que nada más que a reflexionar y que a partir de ahí cada una sacará lo que necesita.

-¿En qué consiste el taller?

-Está dirigido tanto a mujeres que acaban de llegar y todo es desconocido para ellas, como a aquellas que llevan mucho tiempo pero no se acaban de integrar en la sociedad o en el mercado laboral. Trabajamos con el duelo migratorio, la autoestima, habilidades comunicativas, comunicación, motivación hacia el empleo… Pero sobre todo, autoestima y desarrollo personal.

-¿Suelen ser mujeres con una valoración de sí mismas muy deteriorada?

-Hay que tener en cuenta que muchas dejan atrás a su familia, hijos, o llegan indocumentadas y se encuentran que no es tan fácil conseguir la nacionalidad y que sin ese documento no pueden trabajar. Incluso a veces trabajando en domicilios les ponen pegas ante una posible inspección. Una realidad que no es la que les venden cuando llegan. Muchas han sido víctimas de violencia de género y otras vinieron por amor pero no les va bien y continúan la relación porque no tienen otra forma de salir y acaban viviendo un auténtico infierno.

-¿Por qué les cuesta tanto acceder al mercado laboral?

-Si es difícil en general, en estos casos más. Llevan la mochila cargada de estereotipos: ser mujer, ser inmigrante… incluso influye qué tipo de inmigrante eres. No es lo mismo ser de un país que de otro, tener un color de piel u otro, el idioma? Son etiquetas con las que tienen que luchar.

-¿Cómo se comporta la sociedad ourensana con ellas?

-Muchas cuentan que algunas veces se encuentran realmente marginadas. Ourense es una ciudad pequeña donde la gente se conoce y funcionan los contactos. Otras dicen que si insistes encuentras y esto es lo bueno del programa SARA, que vengan ellas mismas y lo cuenten porque les anima mucho ver que otras mujeres en su misma situación dando los mismos pasos lo han conseguido.

-¿Está dando resultado?

-Dos o tres meses después de cada taller las llamamos y les preguntamos. Muchas de ellas continúan en itinerarios de formación para el empleo de Cruz Roja y hacen prácticas en empresas. Es gente que se había desenganchado de buscar porque no encontraba, y gracias al SARA tienen trabajo. Del primer taller con 16 mujeres, una tiene un contrato, 10 están trabajando en b y el resto siguen con formación para activarse o homologar su título.

-¿Se puede considerar un éxito conseguir trabajo aunque sea en b?

-El simple hecho de que se activen, de que no se conformen con vivir de una ayuda social o de sus maridos es importante. Para mí es un éxito la evolución, ver como pasan de llegar acompañadas por su pareja, sin hablar, a venir solas, quedar con amigas… La economía sumergida es muy difícil de combatir en España, pero en estos casos, yo sí lo calificaría de éxito porque de repente su situación ha mejorado, tienen recursos para comer e independencia económica.