El sospechoso de la muerte de Marta Calvo confiesa que la descuartizó y esparció su cuerpo en contenedores
FUENTE: El Mundo
«Soy Jorge Ignacio P. J., el hombre que estáis buscando por la desaparición de Marta Calvo«. Así se presentó a las 03.00 horas en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent (Valencia) el principal sospechoso de la desaparición de la joven valenciana de 25 años que había tenido en jaque a la Guardia Civil desde el pasado 7 de noviembre, cuando se perdió su pista en la pequeña localidad valenciana de Manuel.
Después de varias semanas de intensa búsqueda, su testimonio era clave para localizar a Marta, aunque fuentes de la investigación llevaban días apuntando a que el final sería «duro» y trágico.
En su primera declaración, Jorge confesó que descuartizó el cuerpo de la joven, lo metió en bolsas y arrojó sus restos a varios contenedores de la zona, por lo que la planta de residuos de Guadassuar, que recibe las basuras de la zona, paralizó su actividad de forma preventiva. A media tarde la retomó.
Sin embargo, la versión del colombiano no acaba de convencer a la Guardia Civil, que teme que sea una maniobra de despiste que impida localizar el cuerpo y arrojar luz sobre la muerte de la chica, que se produjo el mismo día de su desaparición, según la investigación.
La basura de Manuel, como del resto de la comarca, llega a esta planta de tratamiento de residuos y se somete a un cribado de todo aquello que mide más de nueve centímetros, por lo que es difícil que en un mes no se haya localizado nada sospechoso. Otros vertederos de la provincia como Manises, Hornillos y Dos Aguas han sido consultados y el proceso es similar. Por eso, la investigación mantiene otras líneas abiertas.
De lo que no ha dejado dudas el detenido es de que Marta Calvo está muerta. Era la principal hipótesis que barajaban los investigadores y que confirmaba a pocas horas de la entrega de Jorge el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio. «Marta Calvo no sólo desapareció, sino que sufrió una agresión violenta que le pudo haber llevado a perder la vida», confirmaba antes de que la familia de la joven recibiera de forma oficial la noticia del fallecimiento.
No obstante, localizar el cadáver es prioritario para esclarecer las circunstancias de la muerte, si fue asesinada o se produjo una muerte accidental. Sobre este punto trata de indagar la Guardia Civil en la toma de declaración inicial del detenido, intentando reconstruir las circunstancias de la desaparición y la muerte. A media tarde comenzó el interrogatorio con la presencia ya de su letrado.
El rastro de Marta Calvo se pierde a las puertas de la casa que Jorge P. tenía alquilada en Manuel el 7 de noviembre a las 05.55 horas. Habían quedado para una cita sexual, y ella envió una ubicación a su madre desde la puerta.
Cómo había llegado hasta allí si ni conducía ni tenía coche es una de las incógnitas que el detenido debe aclarar. La Guardia ha accedido al móvil de la joven para intentar trazar su relación con este colombiano de 35 años, sin oficio conocido, que tenía dos casas alquiladas a nombre de su madre, una en Manuel y otra en l’Olleria, y que, según fuentes de la investigación, trapicheaba con drogas a pequeña escala.
Su relación con la droga no es nueva. Cumplió condena en Italia por tráfico de drogas tras encontrarse en los bajos de su coche un alijo de nueve kilos de cocaína. En España no tiene antecedentes por delitos contra la salud pública, sino únicamente por multas y por resistencia a la autoridad relacionada con delitos contra la seguridad vial. Sin embargo, el pasado mes de abril fue investigado a raíz de la muerte de una prostituta en un local de citas de Valencia. Jorge fue su último cliente y consumió cocaína con ella, confirman fuentes policiales. Minutos después, salió del local de manera apresurada mientras la mujer comenzó a convulsionar y fue trasladada a un hospital, donde falleció por causas sobrevenidas del consumo de drogas.
El 7 de noviembre, un día antes de su 37 cumpleaños, Jorge quedó con Marta por internet para tener una cita sexual y ella nunca volvió a dar señales de vida. Tras la denuncia de la madre de la joven, las investigaciones fluyeron para encontrar a Marta y al sospechoso de su desaparición, por ser el último hombre al que había visto y por su extraño comportamiento en los tres días posteriores a la desaparición, antes de que se perdiera también su rastro.
Primero negó conocer a «ninguna Marta» cuando la madre de la chica llamó a su puerta en Manuel buscando a su hija. Después limpió con productos abrasivos y concienzudamente la casa y luego trató de deshacerse de su coche, un Wolkswagen Passat ranchera, llevándolo a El Puig, a 90 kilómetros de Manuel, para que un amigo lo desguazara «porque tenía problemas». Ésa es la última noticia que se tenía de él hasta que a las 03.00 horas del miércoles, 27 días después de la desaparición de Marta, decidió poner fin a su huida y presentarse para confesar que había descuartizado a la joven que cerca de 200 efectivos de la Benemérita y la UME llevaban muchos días buscando.