El centro de referencia para mujeres maltratadas
El Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas (CARRMM), dependiente de la Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, fue visitado el pasado 22 de septiembre por una veintena de periodistas europeas, dentro de unas jornadas del Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE). Y allí me colé, invitada por la anfitriona, Ana María Pérez del Campo, referente del feminismo español y de la lucha contra el terrorismo machista.
Hacía justo 20 años que había pisado por primera vez el centro. Era entonces una joven periodista, con muchas ganas de aprender. Y vaya si aprendí con Ana María aquella mañana de 1997. Eran años de plomo en cuanto a la incomprensión y rechazo a las mujeres víctimas del maltrato machista. Se podía escuchar en la calle, en la universidad, en cualquier lugar aquello de : “A esa le debe ir la marcha, porque si no no se entiende que siga con el marido, que la pega”. O aquello otro de : “Es un asunto de ellos, lo que pase de puertas para adentro pertenece a la pareja. No nos podemos meter”. Ambas salvajadas siguen escuchándose hoy, pero por lo menos, ahora, dos décadas después, hay una concienciación social cada día más sólida. Aunque el problema sigue siendo que, por lo general, ni jueces, ni fiscales, ni Policía saben lo que es realmente la violencia de género. Salvo honrosas excepciones, es así. “La violencia de género es una ideología que se transmite de generación en generación”, dice Ana María. Imagínense lo titánico que supone intentar erradicar esa herencia criminal.
El CARRMM abrió sus puertas en 1991 y es único en España por su concepto de recuperación integral de la mujer maltratada y de sus hijos. “No es un refugio”, insistía Pérez del Campo ante las periodistas europeas. Yo las veía asombradas ante las intervenciones de Ana María. Es un espectáculo escucharla, es una extraordinaria oradora.
Las periodistas preguntaron por qué no existían más centros en España como este. “Tendría que haber uno en cada comunidad autónoma. No solo es cuestión de dinero. Falta mucha preparación en la clase política sobre las necesidades de las mujeres maltratadas. Necesitamos la colaboración de gobiernos que sepan plenamente lo que es la violencia de género”, dijo la fundadora del CARRMM. “Las casas de acogida son un recurso paliativo, un apoyo de emergencia, lo primero es que las mujeres salven la vida. Pero si se van a la calle sin haberse sometido a una reinserción profunda, lo más probable es que vuelvan con el maltratador, o acaben con otro hombre maltratador. Deben superar la dependencia y identificar las conductas que inciden en el maltrato”. Gran lección de Ana María Pérez del Campo.
El edificio tiene 3.000 metros cuadros y capacidad para que residan 28 mujeres con sus hijos. Hay biblioteca, sala informática, guardería, y una sala muy especial, la sala de valientes, donde las mujeres residentes reciben terapia. Son 23 las personas que conforman el equipo del CARRMM. Hay una diferencia fundamental con otros centros que conozco: aquí las mujeres residentes solo trabajan en su recuperación, no tienen que cocinar, por ejemplo. Algunos pretendidos centros de ayuda a las mujeres maltratadas son tan desastrosos que no solo no ayudan, sino que hunden más a estas mujeres. Recuerdo uno en especial donde las residentes se pasaban el día cocinando, limpiando y fregando para toda una comunidad religiosa que iba a comer allí, a costa del Banco de Alimentos de la CAM.
Me gustó mucho que Pérez del Campo explicara que el centro atiende a mujeres de todos los niveles culturales y sociales, porque el maltrato machista afecta a las mujeres por ser mujeres y no por el dinero que tengan en el banco. “Hemos atendido a maestras, periodistas, mujeres inmigrantes sin ninguna titulación”, explicó Ana María.
El Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE), con sede en Vilna (Lituania), es una agencia de la Unión Europea, que realiza informes y análisis sobre la igualdad de género en los países europeos; también lucha, mediante la puesta en marcha de campañas, contra la violencia de género. No es la primera vez que una institución extranjera visita el centro para mujeres maltratadas de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Han estado desde las ministras de Igualdad de Portugal, Austria, Francia y Chile, hasta representantes del Parlamento Británico. Es el ejemplo de un trabajo impecable para ayudar a las mujeres maltratadas y también para transformar la sociedad.
Más información sobre el Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas (CARRMM)
Fuente: interviú.blog