Artículo de opinión de Ana María Pérez del Campo; «Ciudadanas»

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Las mujeres españolas, son muchas y bastantes españolas, a pesar de ocupar el primer lugar en el desempleo, la desigualdad, la discriminación y soportar en exclusividad junto a sus hijos e hijas la violencia de género; a pesar de todo ello, no se van a quedar en casa, ni se pueden permitir el lujo de equivocarse a la hora de votar en las elecciones generales del próximo día 20, porque se juegan mas que nunca, un retroceso imparable en todo aquello por lo que hemos venido luchando, nada menos que desde la Revolución Francesa.

El escandalazo producido por Ciudadanos, es la noticia.

Algo por otra parte nada sorprendente, porque Ciudadanos es lo que es, una derecha vergonzante y no lo puede ocultar a base de malabarismos dialécticos, cuando intenta arreglar los estropicios, sacándose de la manga su preocupación solidaria por el maltrato entre parejas homosexuales.

El conservadurismo violento y androcéntrico a que nos tienen acostumbrados los varones agresores, se puso de inmediato al descubierto, cuando en el debate de los nueve, en la primera de Televisión Española, la representante de Ciudadanos se lanzó en tromba a definir como equiparable, entre mujeres y hombres, el fenómeno social de la violencia de género, haciendo una única salvedad, la del número de muertes en uno y otro sexo. ¿No saben en Ciudadanos que el fenómeno social universal de la violencia sexista es estructural, androcéntrico y lo sufre la mujer por el hecho de ser mujer?, ¿ Ignoran acaso que se trata de un delito tan ideológico – como lo es el racismo-, y que la violencia de género proviene del patriarcado, perseverando hasta nuestros días, que tuvo y sigue teniendo por finalidad mantener el poder dominante masculino basado en arquetipos, estereotipos y en mitos que rigen el orden social establecido por el propio patriarcado?.

No, no lo ignoran, como tampoco desconocen que la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género, no es asimétrica, tan solo persigue erradicar una violencia secular, impartir justicia y proteger a las únicas víctimas directas existentes, la mujer y los hijos e hijas comunes, el causante de tantos crímenes, es la pareja masculina de la mujer y el padre de los menores.

Ciudadanos no tiene por qué alarmarse y menos preocuparse porque cuando se produzca la excepción de que una mujer mate, aunque sea en legítima defensa, a su pareja masculina, caerá sobre ella todo el peso del Código Penal, con los agravantes a que dé lugar.

Sin olvidar que las excepciones en cualquier circunstancia confirman la regla.

El intento de ciudadanos de equiparar el ejercicio de violencia entre uno y otro sexo, negando la exclusividad masculina en la autoría del ejercicio de esa violencia, sin tener en cuenta que incluso cuando los maltratadores llegan a asesinar a la mujer lo justifican afirmando “la maté porque era mía”. A pesar de lo cual, Ciudadanos para reafirmar su excéntrica definición sobre la violencia de género, llegó al extremo de ejemplarizar su criterio al siguiente tenor, “para un niño es igual de traumático ver a su padre matar a su madre, que ver a su madre matar a su padre”. Cuando la realidad nos demuestra que las muertas, casi a diario, son solo mujeres.

La representante de ese partido, esgrimiendo su particular estadística, sacó a relucir que más del 40% de mujeres maltratadas aseguran estar descontentas con la efectividad de la ley.

En primer lugar recordemos al partido de Ciudadanos que en el año 2004, la Ley Orgánica de Medidas contra la Violencia sexista fue aprobada por unanimidad en el Parlamento y reconocida más tarde como modélica en Europa, América Latina y Naciones Unidas.

Lo que no es óbice, para que multitud de víctimas y con ellas las organizaciones de mujeres especializadas en violencia de género, en la atención y asesoramiento de las víctimas y en combatir los obstáculos que impiden la aplicación correcta de la ley, denunciemos que los prejuicios estereotipados continúan existiendo en la mentalidad de la gente.

Las juezas y los jueces, salvo excepciones, al aplicar la Ley inciden en el equívoco del prejuicio cuestionando la veracidad de las mujeres, cuando se atreven a denunciar, sin tener en cuenta las secuelas de la pérdida de identidad total o parcial a causa de la violencia sufrida, ni entender ni aceptar las actitudes de la víctima a presencia judicial, sin comprender el bloqueo emocional de una mujer maltratada, producido a causa del miedo insuperable o por sentimientos de culpa o vergüenza inculcados por el agresor para mantenerla sometida bajo su dominio. Las víctimas son cuestionadas siempre por su carencia de valor, por su indecisión, mientras los agresores gozan de un plus de poder y credibilidad. (La sentencia del Tribunal Supremo 680/2015 ha sentado jurisprudencia, pero sobre todo demuestra el largo recorrido que ha de hacer una mujer maltratada para salvar su vida y la de sus hijos e hijas).

En estas circunstancias el Consejo de Naciones Unidas (CEDAW), ha salido al paso en fechas cercanas apercibiendo y recomendando al Gobierno Español, para que entre otras cuestiones, acuerde los siguientes remedios;

  • Adoptar las medidas efectivas para que el ejercicio del derecho de visitas o custodia “no ponga en peligro la vida y la seguridad de las víctimas de violencia incluidos los niños”.

  • Resaltando la exigencia de proporcionar, “formación obligatoria de los jueces”. Y demás coadyuvantes en la función judicial que comprenda “la definición de la violencia doméstica y sobre los estereotipos de género”.

El Consejo de Naciones Unidas no puede ser mas explícito en su resolución, el fracaso no es imputable a la normativa legal, el problema existe en cómo se aplica la ley, en los prejuicios que subsisten en su interpretación y de todo ello se sigue una victimización secundaria para la mujer maltratada, que representa en definitiva, la ausencia de justicia que soportan cada día muchas víctimas en estrados y a través de unas resoluciones judiciales inconcebibles.

En definitiva, la representante de Ciudadanos no hizo otra cosa el otro día que defender con fervor la propuesta que sobre violencia de género defiende el programa electoral del partido en el que milita (apartado 4, pág 204.)

A la hora de votar, las mujeres, no podemos olvidar las propuestas plasmadas en el programa electoral que comento y el retroceso que semejantes compromisos van a representar para las mujeres y sus hijos e hijas poniendo en riesgo incluso su integridad física al dar apoyo a semejante atropello.

De manera especial hay que poner el acento en el apartado número 15 del programa electoral cuando pretende extender a los cónyuges separados las “medidas concretas que garanticen la custodia compartida”, comprometiéndose a “ promover una ley de custodia compartida”, lo que supone sin género de dudas una custodia compartida impuesta. Dejando a un lado el interés más necesitado de protección de los menores.

Esta modalidad de custodia impuesta no se contempla en países europeos, porque la imposición, solo garantiza el aumento de los conflictos, de los litigios y como es obvio a consecuencia de ellos, graves perjuicios para los hijos, como, normas educativas contradictorias entre ambos progenitores, la ausencia de rutina que confiere seguridad y confianza a los pequeños, sin dejar de lado que en semejante custodia se suele utilizar a los hijos como armas arrojadizas. En el caso de la violencia de género esas custodias se convierten en las vendetta más utilizada del agresor machista contra la mujer. La experiencia de las perversas consecuencias para los hijos ha sido constatada en comunidades aforadas, que disponen de custodia compartida impuesta, como Valencia o Aragón.

No se puede dejar en el olvido, que solo en el año que termina, 8 niños han perdido la vida a manos de su padre (varón), durante el cumplimiento de la estancia con él.

El voto de las mujeres, no se puede arriesgar, porque en todos los órdenes de la vida la equivocación supondría poner un peligro los progresos alcanzados, nuestras propias vidas, y sobre todo el futuro y la existencia vital de nuestros hijos e hijas.

Madrid, 15 de diciembre 2015

Ana Mª Pérez del Campo Noriega

Presidenta FNMSD

Vocal del Observatorio Estatal contra la violencia de género