40 MUJERES ADMIRABLES OPINAN SOBRE LA IGUALDAD LABORAL
España sigue necesitando un cambio real (legal y de concienciación) del empleo femenino, que lo equipare en oportunidades, condiciones y sueldos al masculino. Ellas ponen soluciones sobre la mesa
Juana Gallego
Dtra. del Observatorio de Igualdad de la UAB
«La tasa de actividad femenina ha crecido al 54% en 2016 y la noción de ama de casa casi ha desaparecido. Hoy todas somos trabajadoras en potencia; falta un cambio en la cultura empresarial y las estructuras económicas y sociales. Hay una lucha feroz para subyugar a las mujeres en lo simbólico: belleza, juventud. ¿Tendría éxito una Wonder Woman entrada en carnes?»
¿Qué importancia suele jugar el físico en el empleo femenino y hasta qué punto es discriminatorio?
El físico para las mujeres siempre ha sido determinante. Una mujer joven y atractiva tiene muchas más posibilidades de ser elegida para cualquier tipo de trabajo. Es una forma de discriminación sutil, indirecta y muy muy difícil de demostrar Tener sobrepeso se ha convertido en un sacrilegio. Y la madurez es una desgracia. Así que veo muy difícil poder contrarrestar el discurso dominante que a su vez es asumido por la sociedad, y retroalimentado por todos los medios de comunicación, la publicidad, los videoclips, el cine, etc.
¿De qué manera nos afecta a las mujeres la importancia de ‘tener’ que estar guapa desde niñas, de estudiantes, en el mercado laboral…?
Tener que estar guapas y mantenerse jóvenes afecta a las mujeres de una manera brutal. La presión mediática y social es delirante. Las dos desgracias mayores que le pueden pasar a una niña, adolescente, joven y mujer adulta es estar gorda y no ser atractiva. Pierde la mitad de sus posibilidades de ascender en la escala social. Seguro que se ha perdido mucho talento femenino por no cumplir el canon de belleza dominante. El problema es que nadie está dispuesto a reconocerlo. La potente industria de la belleza y la moda se sustenta gracias a la incentivación de la insatisfacción de las mujeres. La única posibilidad es la educación, poner como prioridad en todos los ciclos educativos reflexiones sobre estos temas. Y apelar a la responsabilidad de los agentes sociales: empresas, medios de comunicación, anunciantes, etc.
Mª Teresa Fernández de la Vega
Presidenta de la Fundación Mujeres por África, ex vicepresidenta del Gobierno y consejera de Estado
«La Ley de Igualdad es insuficiente porque el modelo patriarcal es muy resilente. Hicimos una ley con cuotas y el sistema las criminalizó. Y aparecieron jóvenes diciendo ‘Yo no quiero ser una mujer cuota’, aunque sean instrumentos para alcanzar una igualdad que no es real. Se hizo lo mismo con el feminismo. Los consiguen poner en duda. Todo esto solo se combate con educación».
¿Qué medidas son las más efectivas para lograr la igualdad real?
Las mujeres avanzan más en los puestos a los que se accede por meritocracia, con currículum ciegos. No es gratuito, ocurre porque están mejor formadas. Pero el 87% de los consejos de administración los ocupan hombres porque el patriarcado manda. Hay que multar a quien se salte la ley de igualdad y acabar con la indecencia de la brecha salarial. Una sociedad que no incluye a la mitad de su población en la toma de decisiones está enferma.
Dada su experiencia en África, ¿cuál es la situación allí en cuanto a igualdad y empleo?
En África la mayoría de las mujeres trabaja en la economía sumergida, pero sustentan con su labor al continente entero. Hay que ayudarlas con educación. Hay un gran número de empresarias africanas en la economía formal que se queja de dificultades de acceso al crédito, a los mercados y a la tecnología. La brecha digital es brutal. Hay que impulsar a las jóvenes y mostrarles que ese es el camino.
Ana Mª Pérez de Campo
Pdta. Asoc. Mujeres Separadas y Divorciadas
«Tenemos un buen ‘maquillaje’ en igualdad. Lo más grave es que las mujeres triplican el número de víctimas de ETA con más de 2.400 mujeres asesinadas en 30 años. La desigualdad sigue estando ahí porque, en este sistema, mientras el hombre gane más, él manda y tú obedeces. Ahora toca luchar contra la legalización de los vientres de alquiler: las mujeres no somos vasijas».
A tus 81 años eres nuestra activista con la trayectoria más larga. ¿Qué ha cambiado desde tus inicios en el feminismo?
Todo. En este país hace 40 años las mujeres no podíamos hacer nada que no estuviera relacionado con el hogar y vivíamos bajo un yugo dictatorial y paternalista absoluto. No podías abrir una cuenta en el banco o viajar fuera de España sin permiso de tu marido o tu padre… Hemos conseguido mucho pero aún queda lograr la igualdad real. Por ejemplo, las mujeres están en política pero sus criterios no cuentan, tienen que obedecer y si no la ponen de patitas en la calle. Lo más revolucionario sería cambiar el sistema.
¿Qué hace falta para lograr esa igualdad real?
Por ejemplo, implementar de verdad la Ley de Igualdad. Se hizo pero ahí está de adorno. Hace falta voluntad política y social de verdad. En cuanto a Derechos de la Mujer, somos mucho de símbolos pero lo que hace falta son realidades, con presupuestos. La discriminación impide la democracia. Yo recibo a muchas mujeres jóvenes universitarias que están iniciando su formación para que sepan qué es ser feminista y sigan esta lucha. Hay muchas ideas absurdas alrededor que nos quieren hacer creer. Las mujeres no odiamos a los hombres porque los parimos son nuestros hijos, hermanos, padres, maridos, amigos…
Amelia Valcárcel
Catedrática de Filosofía Moral y Política en la Uned y Consejera del Consejo de Estado y de la Fundación Carolina, vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado y vocal del Real Patronato de la Biblioteca Nacional.
«Los grandes poderes económicos son los performativos, los que diseñan qué va a pasar mañana y son resistentes a tope a la presencia femenina porque suelen estar ocupados por varones depredadores profundamente machistas. ¿Por qué iban a hacer sitio a la mujer con lo bien que lo pasan cuando, precisamente, una de sus actividades más reconfortantes es comprar mujeres?».
¿Cuál es tu balance en cuanto a igualdad?
En el Olimpo humano de referentes, la presencia de mujeres es muy pequeña y apenas hay avances. El sistema es perverso. Dice que la prostitución es estupenda e incluso se ofrecen cursos de adaptación. Que quedarse embarazada y dar la criatura es ideal. El sistema viene a decir que el que tiene el dinero te compra. Estamos en un momento de terrible broma moral. No va a ser fácil superarlo.
¿Y en cuanto al empleo en igualdad?
La respuesta de las españolas es muy clara. Nuestra de natalidad es 1.3, lo que indica la opinión de la mujer sobre el mercado laboral. ¿Dónde están los apoyos para ser madre? No deben de ser tan imposible cuando los hay en países como Noruega, Suecia o Alemania. Solo la Administración puede solucionarlo. Si las empresas se sienten urgidas por el Estado, que es uno de sus principales clientes, suelen volverse muy amables y colaborativas.
Yayo Herrero
Directora de la Fundación FUHEM
«Una clave para avanzar en igualdad laboral es desfeminizar los cuidados, y que hombres y sociedad en su conjunto se corresponsabilicen. Necesitamos un cambio en las prioridades. Poner en el centro el bienestar y la vida, darle la vuelta al concepto de trabajo. El ecofeminismo persigue desbancar a los mercados como epicentro social y situar como prioridad el bienestar para todos y todas».
¿Es la perspectiva ecofeminista una tarea pendiente en el ámbito laboral y por qué?
Sí. Una perspectiva ecofeminista obliga a mirar el trabajo de una forma diferente. En nuestra sociedad, trabajo es sólo lo que se hace a cambio de salario, pero la noción de trabajo es más amplia. También es lo que se hace en el ámbito doméstico,“sus labores”, las aportaciones esenciales invisibles. Sin ellas, ni la sociedad ni la economía se mantienen, sin embargo no generan ningún tipo de derecho para quienes los realizan. Incluso cuando son trabajos pagados, los niveles de precariedad y explotación son intolerables. Además, lo económico y lo laboral necesitan de la naturaleza y ésta tiene límites, que en el momento actual están sobrepasados. La paradoja es que la economía explota ambas aportaciones pero las invisibiliza y subvalora.
En el terreno empresarial ¿cómo sería la agenda ecofeminista deseable para mejorar la situación de la mujer?
Las empresas no pueden funcionar sin que haya reproducción cotidiana de la vida, por tanto, tienen que contribuir a ella. Producción y reproducción no son cosas separadas. La reorganización de los tiempos de las personas debe poner como prioridad el sostenimiento de la vida y las empresas tienen que corresponsabilizarse en esta tarea.
Dolors Montserrat
Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
«La brecha salarial ha disminuido casi tres puntos desde 2011 (de 17,6% a 14,9%), pero no es suficiente. Desde el Ministerio tenemos un programa piloto de currículo ciego con 78 empresas, para eliminar los sesgos inconscientes en la selección y promoción. Urge acabar con los estereotipos de género, lastra en la igualdad de oportunidades».
¿A su juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en los últimos 20 años, especialmente en el terreno laboral?
Una de las herramientas más potentes para combatir la desigualdad es el empleo. Los datos de afiliación muestran un nivel récord de mujeres al final de 2016. Se ha recuperado todo el desempleo femenino creado en la crisis económica y hay más mujeres trabajando que nunca. La salida de la crisis tiene rostro de mujer, pero la igualdad jurídica no será real hasta que no rompamos las barreras que les impiden ser lo que quieran ser. Esto sin duda es un gran avance para la igualdad entre mujeres y hombres, porque el empleo nos proporciona a las mujeres independencia y libertad, además de bienestar personal. Por eso, para nosotros, es tan importante seguir poniendo el foco en el empleo y en el emprendimiento de las mujeres. Queremos que cada vez haya más mujeres trabajando y dirigiendo su propio negocio.
España ha sido un referente en cuanto a legislación contra la violencia de género. ¿Vamos a volver a serlo con el Pacto de Estado? ¿Se va a tener en cuenta medidas específicas para reinsertar a las víctimas en el ámbito laboral?
En España hemos conseguido convertir la violencia de género de un problema doméstico, invisible, a un problema social, que nos preocupa a todos como sociedad. Somos intolerantes ante la violencia machista, la que se ejerce contra una mujer por el mero hecho de ser mujer. El Pacto de Estado es tan importante porque supone seguir avanzando. Este Gobierno se ha comprometido con este Pacto desde el comienzo de la legislatura. Nos hemos puesto de acuerdo en 212 medidas y en un compromiso presupuestario de 1.000 millones de euros. Se han incluido medidas para incrementar la sensibilización y la prevención, ampliar el concepto de violencia de género y no dejar fuera ninguna forma de violencia machista, mejorar la protección de las mujeres y de sus hijos y también para la reinserción laboral de las mujeres víctimas de violencia de género, un aspecto importantísimo, porque ayuda a las mujeres a volver a tener un futuro. Desde 2003 hasta 31 de marzo de 2017 se han firmado 6.845 contratos bonificados a mujeres víctimas de violencia de género. Además existe la red “Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género”, que cuenta actualmente con 91 entidades adheridas y 45 de ellas también en materia de inserción laboral de las mujeres que sufren violencia de género.
María Blasco
Dra. Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)
«En el CNIO tenemos la Oficina Mujeres y Ciencia: intentamos no poner reuniones después las 16:00 h y, desde 2016, todo el personal hace jornada reducida. Medidas que hemos acordado internamente. Nada de ello ha tenido ningún impacto negativo en nuestras investigaciones. La gente está más contenta y se trabaja mejor».
¿Cómo valoras la igualdad laboral en el ámbito científico?
En el mundo científico, más del 50% de investigadoras somos mujeres, pero en los puestos de dirección la media es del 20%. Todavía hay barreras para que a las formadas al máximo nivel les cueste ser directoras de investigación. La mujer va en desventaja por una combinación de factores compleja, hay que ser muy consciente de ello para poder corregir los sesgos inconscientes.
¿Has sentido alguna vez discriminación?
No he sentido discriminación en mi etapa de formación porque siempre he tenido jefas muy feministas. La primera fue Margarita Salas y luego Caron W. Greider, que fue Premio Nobel de Medicina en 2009. Pero sí he notado comentarios sexistas al llegar a los niveles más altos. Cuando trabajamos como apoyo a un hombre estamos bien vistas, pero arriba hay otros códigos ajenos a tus méritos.
Adela Cortina
Filósofa y catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, directora de la Fundación ÉTNOR y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
«A la sociedad civil, clave en el funcionamiento de una sociedad, y también al gobierno, les diría que urge impregnar la vida pública de los valores que habitualmente se han tenido por femeninos, y por eso se les ha recluido en la vida privada: el cuidado de los vulnerables, la cooperación y la compasión. Esos valores, unidos a la justicia, hacen la vida digna de ser vivida».
Fuiste la primera mujer que ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. ¿Se podría decir que las reales academias españolas van muy atrasadas en cuanto a igualdad?
En las reales academias hay un déficit de mujeres inaceptable. Resulta increíble que en 2017 sólo 45 mujeres formen parte del total de 364 académicos que componen las ocho academias del Instituto de España, cuando las mujeres representamos la mitad de la población. Pero la cuestión no es “que entren más mujeres”, como si diera igual quiénes sean, sino que las hay de excelente calidad que deberían formar parte de las academias. Apostar por ellas es una obligación de presente y futuro.
¿Te parece ética la empresa española en cuanto a igualdad?
La desigualdad sigue siendo evidente. Hay muy pocas mujeres empresarias en los puestos de mayor responsabilidad, sobre todo en las grandes empresas. Afortunadamente, hay muchas asociaciones de mujeres empresarias que están luchando por cambiar esto con buenos resultados. En el empleo no se aplican ni la sororidad ni la fraternidad, pero al menos debería aplicarse la justicia: hacer añicos el techo de cristal, distribuir el trabajo doméstico entre mujeres y varones, hacer realidad que el trabajo igual ha de tener una igual remuneración y asignar empleos por la competencia de la persona. Las políticas laborales de equiparación deberían ser ya una obviedad.
Graciela Atencio
Periodista y fundadora de feminicidio.net
«Se cometen al menos 60.000 feminicidios al año, mujeres asesinadas en contextos de exclusión social. En el tras- fondo está su falta de autonomía y la imposibilidad de acceso a un empleo digno. Las empresas deben poner herramientas en la detección y prevención de esta violencia. El ámbito laboral es clave: la detección temprana es el mejor antídoto».
¿Cuál es la relación entre la situación laboral de las mujeres y el feminicidio?
El feminicidio, el asesinato de una mujer por el solo hecho de ser mujer, es la violencia más extrema que padecen las mujeres en todo el mundo, el último eslabón de una cadena de discriminaciones e inequidades. Se cometen al menos 60.000 feminicidios en el planeta cada año, miles de mujeres son asesinadas en contextos de exclusión social y falta de acceso a un empleo digno, en la pobreza, o con trabajos por los que no reciben remuneración. Sin ir tan lejos en España hay mujeres casadas y con hijos que son asesinadas por sus maridos, en parte por la falta de oportunidades para trabajar que les hubiera permitido salir del círculo de la violencia machista. También nos encontramos con mujeres migrantes devoradas por las redes de trata, que llegan a Europa con la falsa promesa de un empleo que las hará ricas y acaban como esclavas sexuales. En el trasfondo de muchos feminicidios está la falta de autonomía de las mujeres y la imposibilidad de acceso a un empleo o a un empleo digno.
En el terreno empresarial, ¿cual sería la agenda deseable para mejorar la situación laboral de la mujer?
El empresariado español debe mejorar las condiciones para que las mujeres puedan conciliar trabajo y cuidados y que esas mismas políticas impulsen un cambio de modelo de trabajo en los hombres, ellos deben corresponsabilizarse de los cuidados y las tareas del hogar no remuneradas. Esto no puede seguir recayendo solo en las mujeres, no es una cuestión menor en el camino hacia la igualdad.
Inés París
Directora y guionista, presidenta de la Fundación SGAE
«Las películas dirigidas por mujeres no superan el 10% y suelen tener presupuestos inferiores, peor distribución y menos visibilidad pese a ser eficaces en taquilla. Los hombres ruedan con el 90% de protagonistas masculinos y los femeninos muchas veces son estereotipados. Necesitamos que el ICAA y RTVE apoyen el cine y las series con mujeres al frente».
¿Por qué te parece fundamental la igualdad en el mundo audiovisual?
Porque es demencial que a estas alturas ser mujer sea un “inconveniente” para dirigir cine, porque es injusto y una perdida de talento y capital humano. Nos estamos perdiendo un montón de historias, de estéticas y narrativas que las guionistas y directoras aportarían para que el cine fuera menos machista en sus contenidos. Está comprobado que los hombres escriben y dirigen películas con protagonistas masculinos (en un 90% de los casos), falta una mirada critica hacia la violencia contra las mujeres, los personajes femeninos son estereotipados y no reflejan la realidad de las mujeres de carne y hueso. Por tanto, la ausencia de mujeres en los puestos decisivos del cine (donde se decide qué se cuenta y cómo) es un problema social. No vamos a tener una sociedad moderna, no machista, justa con las mujeres y verdaderamente democrática, mientras las mujeres estén excluidas de la creación de nuestro imaginario colectivo. Necesitamos que se lo tomen muy en serio y que el ICAA y RTVE se comprometan firmemente a apoyar económicamente el cine y las series con mujeres al frente de los proyectos.
¿Qué medidas harían falta para paliar la desigualdad en el ámbito audiovisual?
Medidas de acción positiva realmente eficaces en la Ley de Cine. Las que hay son muy timoratas y no sirven de nada (en la última convocatoria del ICAA de nuevo la mayoría aplastante de los proyectos apoyados con dinero del Estado están dirigidas por hombres), RTVE no aplica medidas de ningún tipo para fomentar la autoría femenina. Nos hace falta un Observatorio de Igualdad en el ministerio de cultura y hay que incorporar un informe de impacto de género en el análisis de los proyectos que se presentan.
Maysun Shukair
Refugiada siria, farmacéutica y escritora
«Para poder salir de Siria me obligaron a elegir: solo uno de mis dos hijos podía acompañarme. Elegí al mayor para que no lo reclutaran. Hoy están conmigo. Al llegar solo te ayudan un año para aprender español y necesitamos el idioma para trabajar. Sobrevivo escribiendo reportajes sobre España para medios árabes. Trabajar es sinónimo de vida normal».
¿Cómo es la integración laboral para una mujer refugiada en España?
Es muy difícil porque para acceder al empleo necesitas hablar el idioma pero no hay un programa lo suficientemente largo para enseñar la lengua castellana a los refugiados. Casi todos los sirios hablamos inglés y árabe, pero el español es latino y es para nosotros es una legua complicada y distinta, por eso necesitaríamos un más ayuda para aprender el idioma. El programa de ayuda al refugiado es de un año o seis meses. Imagina que fuese al revés, si fueras a Siria a refugiarte, ¿crees que en un año estarías preparada para trabajar en árabe, en un país en crisis? Ojalá no tengáis que entender nunca lo que es ser un refugiado.
¿Y en tu caso personal?
Yo llegué en 2014 y he tenido algo de suerte, hago reportajes para revistas árabes y he publicado un libro de poesía y relatos, No te vayas a la muerte solo. En mi país trabajaba de farmacéutica y era poeta, mi primero libro Saca tu cara de mi espejo ganó el premio de Almazraa, muy importante en el mundo árabe. Pero hay otras mujeres, sirias o subsaharianas o de países del Este, que no hablan inglés o no tienen certificados universitarios, ellas han sufrido muchísimo y cuando al fin llegan aquí se encuentran que tienen que sufrir mucho más. En Alemania ayudan con el idioma y del más de un millón de refugiados que tienen ya hay 600.000 trabajando. Aquí somos menos de 2.000 y no creo que lleguen a cien de ellos trabajando. Somos pocos, no vamos a costar mucho y con nuestro trabajo podremos favorecer a la sociedad española y devolverles de algún modo su ayuda. Yo quiero volver a ser como era, a dar en lugar de pedir.
Ángela Muñoz
Vpdta. Las Kellys (Asociación Camareras de pisos)
«El turismo español bate récords, pero a nosotras nos externalizan para bajarnos un 40% un sueldo ya escaso. Hay hoteles en los que tenemos que fregar de rodillas y sin guantes. Pedimos inspecciones que descubran el infierno en el que a veces trabajamos. Juegan con nuestro miedo para tener mano de obra barata».
¿Por qué decidís uniros las camareras de piso y cuáles son vuestras reivindicaciones?
Porque veíamos que cada vez estaba empeorando mas las condiciones laborales, éramos invisibles y parecía que no le importábamos a nadie. Emprendimos acciones para visibilizar y concienciar sobre nuestra situación. Hacemos un trabajo físico muy duro, están externalizando a las plantillas para pagarnos menos. No nos reconocen las enfermedades que sufrimos a causa de nuesro trabajo, como la hernia discal. Hacen contratos de cuatro horas cuando trabajamos 10 o 12 y no les dan ni de comer muchas veces. Es un fraude de ley. Según el convenio de Madrid una camarera cobra 12000 euros en unas 14 pagas. El Gobierno y los sindicatos nos han estafado.
¿Te parece que hay igualdad de género en la hostelería?
No la hay. Los hoteles han empezado a ahorrar por el departamento más feminizado y más vulnerable, las camareras de piso. Nos han tratado peor que a ningún otro. Hacemos de 20 a 23 habitaciones al día por sueldos que no superan los 900 euros. Se aprovechan porque las camarera tienen mucho miedo ya que necesitan el trabajo, muchas son de familias monomarentales. Las mujeres no podemos seguir surtiendo a las empresas de mano obra barata, manipulable y sin derechos. Pedimos inspecciones de trabajo aleatorias y sin avisar para que vean las condiciones en las que trabajamos. España bate récords turísticos pero maltrata a sus trabajadoras. Si yo fuera empresaria hotelera me daría mucha vergüenza. Los hoteles más emblemáticos de la ciudad todavía conservan corta excelencia pero, ¿hasta cuándo?
Virginia Carrera
Portavoz PPIINA y activista feminista
«Los permisos iguales e intransferibles son fundamentales: eliminan la etiqueta de mano de obra de riesgo de las mujeres. Hoy ella tiene cuatro meses y él uno; la Seguridad Social perpetúa el rol de cui- dadora. Aquí, con una brecha salarial del 23%, la que menos cobra es quien concilia. El Estado tiene que apostar por equipararlos para que ambos sean considerados igual profesionalmente».
¿A tu juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en los últimos 20 años en el terreno laboral?
Las mujeres, como estrategia personal para acceder al mundo laboral, hemos retrasado nuestra edad maternal, hemos aumentado la formación y hemos apostado por el empleo en las administraciones públicas. Estas estrategias han hecho que avancemos en el acceso al terreno laboral, pero la situación actual no se ha equiparado a las oportunidades laborales de los hombres. Nuestra tasa de actividad es menor, pero sufrimos en mayor medida el desempleo; la parcialidad tiene cara de mujer y, en un mundo laboral con poca estabilidad, somos las que firmamos en mayor medida contratos temporales. Con este diagnóstico podemos decir que el avance no ha sido el esperado.
Si tuvieras que aconsejar al Gobierno desde la PPiiNA, ¿qué le dirías?
El Consejo de la PPIINA es que, si realmente tienen interés por llegar a una igualdad real y efectiva, es necesario equiparar los permisos de nacimiento y adopción como primera medida a la hora de conseguir una sociedad con igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres. Hombres y mujeres cuidarían el mismo tiempo, la criatura no identificaría el cuidado solo con la madre. En segundo lugar se apostaría por el potencial cuidador de los hombres, ya que con el sistema actual de permisos no tienen la oportunidad de cuidar igual que las mujeres. En tercer lugar, eliminaríamos la etiqueta de menos disponibles para el empleo de las mujeres y por último se adaptaría a todas las formas y modelos de familia. La única medida que ha desarrollado este Gobierno ha sido aumentar quince días el permiso de paternidad. Esto no es suficiente y no acaba con los roles ni con la división sexual del trabajo.
Mª Ángeles Carmona
Pdta. Observatorio contra la Violencia Doméstica del CGPJ
«Para las mujeres víctimas de violencia de género el empleo es una tabla de salvación. Un 80% no denuncia, la mayoría debido a su dependencia económica del maltratador. En la legislación española hay muchas ventajas laborales para la víctimas, pero necesitamos más. La precariedad laboral de la mujer ayuda a los maltratadores. Hay que fomentar su independencia económica».
¿Crees que la precariedad salarial es una herramienta cómplice de la violencia de género?
Sin duda alguna. Que las mujeres aun estemos discriminadas en el empleo implica que existen conductas machistas en la sociedad. Esa dominación del hombre contra la mujer, que es un problema estructural que en sus manifestaciones más graves conducen a la violencia de género. ePor otro, el hecho de que una mujer no sea independiente económicamente y sufra esa discriminación salarial la convierte en dependiente de su maltratador. Vemos a diario en los juzgados a mujeres que son madres y que les cuesta dejar esa relación porque tienen esa dependencia. En ese sentido, la precariedad laboral es cómplice de la violencia de género. Como lo es fomentar los estereotipos sobre la mujer. Basta ya.
¿Cómo se acaba con la discriminación y con la violencia de género?
Hemos propuesto muchísimas medidas de carácter jurídico, pero creo que el gran paso adelante sería la implicación de toda la sociedad, la sensibilización real, con una respuesta muy clara contra cualquier tipo de actitud machista. La de la igualdad no es una lucha de mujeres sino de toda la sociedad, los hombres tienen que implicarse. El rechazo unánime a cualquier conducta machista acabará con la violencia de género y con la discriminación. Todos los que nos dedicamos a ello estamos convencidos de que se puede acabar con la violencia de género.
Almudena Bernabéu
Abogada internacional y dtra. de Guernica37
«Al trabajar en Reino Unido, EE UU y España observo dife- rencias. Las inglesas parecen profesionalmente poderosas, quizá por influjo de la Thatcher. A las estadounidenses parecen faltarles referentes fuertes, todo es estereotipado, tipo Barbie o primeras damas. Aquí solo habría que aplicar la Ley de Igualdad para avanzar, pero parece que planean parchearla, lo cual supondría un gran retroceso».
¿Te has enfrentado alguna vez a la discriminación laboral?
He sido discriminada en el trabajo por ser extranjera y mujer. La discriminación la he experimentado a partir de comportamientos paternalistas que decidían mis habilidades en función de ser mujer concluyendo que por eso, soy más vulnerable o menos capaz. Es lo que llamo discriminación pasiva, la que te excluye y somete a un rincón predeterminado que no tiene nada que ver con tus habilidades ni capacidades. Para mí es la peor porque se interioriza y te confunde.
¿Cree que hay algún campo que se resista especialmente a la igualdad para las mujeres?
Creo que hay sectores tradicionales y predecibles como son el ejército, el derecho, y la política que se beneficiarían muchísimo por tener mujeres en posiciones claves de liderazgo. Creo que una mujer presidenta del gobierno cambiaría el rumbo de este país y tendría el poder transformador para las futuras Generaciones de salir de esa falta de autoestima estructural y aprendida que arrastramos las mujeres. Pasar de ser la Primera Dama a ser la Dama tiene el potencial de impactar psicológicamente a todas las mujeres. Un verdadero liderazgo femenino nos daría mucha esperanza.
Ascensión Iglesias
Pdta. Unión de Asoc. Familiares (UNAF)
«Los hombres siguen sin responsabilizarse plenamente de los cuidados. Esto repercute nuestra falta de tiempo y acorta nuestras posibilidades de promoción laboral. Vivimos en una ‘cultura del simulacro’. A nivel formal hay igualdad, pero no en realidad. Debemos educar al profesorado para fomentar la igualdad en la escuela. Necesitamos una apuesta real por la conciliación para una sociedad justa».
¿Cómo valoraría la conciliación en nuestro país?
Muy deficiente. Si bien las leyes son instrumentos para modificar las realidades sociales y contamos con un buen marco jurídico en este sentido, es imprescindible voluntad política para su implantación. Necesitamos una verdadera apuesta por la conciliación si de verdad queremos lograr una sociedad igualitaria, y por tanto, justa con todas las personas que la componemos, hombres y mujeres.
¿Le parece que hay nuevas formas de explotación de la mujer, como podría ser la maternidad subrogada?
Cuando se habla de maternidad subrogada se trata de presentar como una forma de reproducción asistida más y no como lo que realmente es, un alquiler de vientres. Una vez más se cosifica el cuerpo de la mujer, en una nueva forma de explotación y de violencia de género, con el único fin de satisfacer el deseo de otros. La maternidad y/o la paternidad no es un derecho, sino un deseo al que no se puede acceder vulnerando los derechos fundamentales de mujeres y menores, que no son una propiedad intercambiable sino seres humanos. Todo forma parte de una lógica neoliberal por la que todo puede ser objeto de compra y venta. Se manipula el cuerpo de la mujer para fertilizarlo, embarazarlo y arrebatarle el ‘producto’. Pero ¿dónde quedan los derechos humanos? Debemos abordar esta cuestión desde el plano ético y de los derechos humanos, no desde los intereses económicos ni las emociones personales.
Ana Bujaldón
Pdta. de la Fed. Mujeres Empresarias Españolas
«Nosotras usamos casi cuatro horas de nuestro tiempo libre, el doble que ellos, a las tareas domésticas. Un 53% considera que ser madres les ha impedido una mayor proyección profesional y denuncian la falta de flexibilidad en las empresas. Tenemos la falsa creencia de que la igualdad está conseguida, pero queda mucho camino por recorrer. En FEDEPE queremos más mujeres en la cima».
La brecha de género salarial parece imposible de cerrar en todo el mundo y dicen que eso no pasará hasta dentro de ¡170 años! ¿Cómo se podría acabar con ella?
La brecha salarial más frecuente que afecta a las mujeres directivas y profesionales es sutil e indirecta, tiene que ver con reconocer de forma distinta empleos que tienen igual valor o con premiar con complementos unas tareas en detrimento de otras. Hay que seguir avanzando para conseguir actuaciones en contra de la desigualdad salarial. El conjunto de la sociedad debe unirse para que se corrijan situaciones injustas que infravaloran el esfuerzo y el talento de las mujeres. Es indispensable que el trabajo sea reconocido por igual, y no sólo económicamente sino también socialmente. Para solventarlo es necesario trabajar en estrategias en pro de la igualdad de género y la igualdad salarial, la publicación de informes que reflejen estos datos, y la creación de Planes de Igualdad de género.
En el terreno empresarial, ¿cuál sería la agenda deseable para mejorar la situación laboral de la mujer?
Es imprescindible que no nos quedemos rezagadas y que se prioricen políticas de igualdad en las que se asuman como cuestión relevante el rol de la mujer en la transformación digital. No sólo tenemos que ser usuarias sino también generadoras de contenidos. Además, la falta de conciliación sigue siendo un problema endémico en España, por ello en FEDEPE apostamos por la corresponsabilidad. Desde 2008 el número de nacimientos ha caído en un 21,4% y en 2016 se ha registrado la tasa de natalidad más baja desde 1975. Necesitamos unos horarios de trabajo racionales, mayor flexibilidad, promociones de ascenso igualitarias, teletrabajo…
Cristina Saavedra
Presentadora de Informativos La Sexta y responsable de proyectos de Global Humanitaria en Costa de Marfil.
«Es curioso que los medios denunciemos la discrimina- ción: pese a ser el 60% de licenciadas, apenas un 14% son directivas. Mi cadena ha enarbolado la bandera femenina. Dicen que es porque somos guapas, yo digo que eso es machismo. Somos periodistas experimentadas. También dicen que la tele es belleza y no es verdad, es imagen. Basta con cuidar los planos».
¿A su juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en los últimos 20 años, especialmente en el terreno laboral?
Afortunadamente creo que hemos avanzado bastante pero hay una lacra que sigue así y es la brecha salarial. Alguien tiene que meter mano y es el gobierno, no tiene sentido. Es cavernario. Igual capacidad igual salario, por ley, es de las cavernas, no puede haber una mujer que cobre menos, ni aunque sea un 5%. Debería de perseguirse con todo el peso de la ley y de manera efectiva.
Tu eres la responsable de proyectos de Global Humanitaria en Costa de Marfil. ¿Cómo está allí el tema de la igualdad para la mujer en todos los ámbitos pero especialmente el laboral, y cómo trabajáis para mejorarlo?
En Global Humanitaria en Costa de Marfil me ilusiona ver cómo se han fortalecido las mujeres que se han agrupado en cooperativas agrícolas. Todo pasa por la educación. Allí el 50% de las mujeres son analfabetas. Hemos alfabetizado a más de 3.000. Ahora saben qué dicen en los papeles y no las pueden engañar. El proceso es muy lento pero es precioso sobre todo porque hay avance y lo ves.
Laura Freixas
Fundadora de Clásicas y Modernas
«Hay un 20% de mujeres en puestos de poder. Es un techo de cemento. Propongo condicionar las subvenciones a la igualdad. Basta con que el dinero del conjunto favorezca a la mitad. Exigir a las reales academias que elijan académicas para ocupar los sillones vacantes, hasta lograr la paridad (con lo que obedecerían el artículo 26 de la Ley de igualdad, que incumplen impunemente)».
¿A su juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en los últimos 20 años, especialmente en el terreno laboral?
El mayor avance hacia la igualdad ha consistido en darnos cuenta de que no hay igualdad. El espejismo de que “ya hay igualdad, o casi, y lo poco que falta es cuestión de tiempo” se ha disipado. Ahora empezamos a saber que el techo de cristal se sitúa en torno a un 20 % (hay un 20 % de mujeres, como máximo, en los puestos, cargos y actividades que conllevan poder), y que de ahí no pasamos: no es de cristal, es de cemento.
¿Cree que hay algún campo que se resista especialmente a la igualdad para las mujeres y por qué cree que es así?
Aunque a mucha gente le sorprenda, diré que uno de los campos que más se están resistiendo a la igualdad es el de la cultura. ¿Por qué? Porque lo que se resiste a la igualdad es el poder, y la autoría y autoridad en la cultura confieren un enorme poder. La cultura es la que interpreta la realidad, marca la agenda, escribe el relato socialmente compartido y modela el imaginario conforme al cual vivimos.
La mujeres nos moldeamos a partir de arquetipos creados por hombres en todos los ámbitos culturales. ¿Cómo nos afecta esto y cómo afecta a la igualdad real?
Los arquetipos son modelos de comportamiento que nos influyen profundamente. Nos ofrecen un marco en el que insertar nuestras vivencias, un código para interpretarlas y una profecía de futuro. Las mujeres nos pasamos la vida bregando con arquetipos tan dañinos como “la buena madre, que vive para los demás y es feliz sacrificándose” o “la mujer de éxito, a la que nadie quiere y en el fondo es desgraciada”.
Montserrat Boix
Periodista Y Creadora del diario feminista ‘Mujeres en red’
«Como mujer sufro a diario discriminación salarial en RTVE. Nosotras cobramos un 8,6% menos en complementos de convenio y un 24% menos en discrecionales. El 83% de las horas extra las hacen los hombres. Por ser mujer también tengo menos posibilidades de acceso a un puesto de dirección. Lo afronto luchando y apoyándome en la fuerza colectiva. Soy feminista. Me nutro de esa energía».
¿A tu juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en los últimos 20 años en el terreno laboral?
Lo siento, no me siento nada eufórica en este terreno. Vivimos el espejismo de la igualdad legal pero lo cierto es que seguimos cobrando menos por igual trabajo que los hombres, como consecuencia las pensiones de las mujeres son más bajas. En los años 80 las mujeres españolas se ganaron a pulso su presencia en el mercado laboral y fueron una de las claves para el desarrollo de nuestro país. Pero llegó la crisis y hemos pagado el precio más alto: tenemos peores condiciones laborales y más dificultades de inserción y desarrollo profesional. La reforma laboral nos ha traído también más contratos a tiempo parcial que asumimos las mujeres y más precariedad. El principal avance está en las leyes pero el problema es que no cumplen porque no hay sanción para los incumplimientos. Si algo ha quedado claro es que los problemas no se resolverán sin la presión de la obligación legal. Con la evolución “natural” de los acontecimientos y sin leyes. Ahora es hora de avanzar para que se sancionen los incumplimientos.
¿Cómo valorarías la situación laboral de la mujer en los medios de comunicación y en especial en los audiovisuales?
Somos más en las redacciones pero seguimos sin estar en los puestos de dirección. Se han producido algunos avances pero el “techo de cristal” se mantiene. Hay cada vez más mujeres en las subdirecciones, que es donde más se trabaja y mayor eficiencia se requiere, pero al mismo tiempo este trabajo tiene poca visibilidad. Al final los méritos y la foto siguen siendo para los “jefes” que como en su mayoría no son tontos efectivamente incorporan a más mujeres en su equipo. Las mujeres hacemos información pero seguimos sin estar presentes en los espacios de opinión. En Cataluña ha surgido un movimiento del que participo “On són les dones” (Dónde están las mujeres): mes a mes se cuantifican las firmas de varones y mujeres en los artículos de opinión de los principales periódicos o su presencia en las tertulias de radio o televisión, los resultados son desalentadores. En el último semestre de 2016 en los cuatro periódicos catalanes más importantes de tirada nacional el promedio de firmas de mujeres era del 18 %. Son datos críticos que es imprescindible cambiar. Otro punto crítico es la discriminación por edad. Suele afectar también a los hombres pero tiene características especiales y es mucho más dura para las mujeres. En la presentación de informativos y programas, salvo muy pocas excepciones, la media de la edad de las mujeres es por debajo de los 40. También los cánones de belleza son mucho más rígidos para las mujeres de cualquier edad que para los hombres.
Cierto… ahora hay muchas más mujeres en los platós pero muchas de ellas siguen teniendo un papel secundario, todavía es muy frecuente verlas de pie con vestidos marcando silueta y tacones imposibles. Hemos avanzado sin duda, y sobre todo las propias mujeres hemos cambiado. Ya no estamos dispuestas a quedarnos relegadas y estamos luchando para estar en primera línea, pero el precio que pagan las mujeres sigue siendo mucho más alto.
Asunción Bernárdez
Dtra. Inst. Investigación Feminista UCM
¿Cuánto nos puede quedar para ver a la mujer disfrutar de la igualdad real en el ámbito laboral?
Es difícil saberlo, los años noventa fueron por ejemplo muy esperanzadores en este sentido. Sin embargo, en la actualidad se ha producido de nuevo un retroceso con la crisis… las listas del paro se han cubierto con mujeres, y también los contratos en precario. Quiero decir con esto que hay que estar atentos, porque lo conseguido puede no ser definitivo. En estos últimos 20 años, las mujeres se gradúan más, obtienen más títulos de doctorado y además en muchas áreas obtienen las mejores calificaciones. A esta norma general hay que exceptuar las ingenierías y la informática… En el terreno laboral está claro que este éxito no tiene reflejo: las mujeres siguen cobrando menos, y su acceso está limitado respecto a los puestos de representación y poder, tanto en las empresas públicas como en las privadas.
¿Cree que sería necesaria una mayor perspectiva feminista en la sociedad y en el mundo empresarial?
La perspectiva feminista mejoraría la sociedad porque la igualdad mejora la calidad de vida de todos y todas. Un mundo más igualitario es un mundo más justo, y por lo tanto, más feliz. El feminismo es una doctrina de justicia social, pero también de solidaridad. Es la creencia en que puede existir en un mundo basado en la colaboración y no en la competición, en la cooperación y no en la agresividad. El mundo empresarial se ha transformado mucho en las últimas décadas, de un modelo vertical ha pasado desarrollar estructuras de tipo horizantal. Eso está muy bien, pero lo malo es que, sobre todo las grandes empresas, han hecho trampas. La flexibilidad horaria, por ejemplo, no ha beneficiado a la larga a los y las trabajadoras que, simplemente, tienen que estar dispuestos a trabajar a cualquier hora… lo que, una vez más, acaba perjudicando sobre todo a las mujeres que siguen siendo las que más cuidan a las personas de pendientes de su entorno. El problema es que muchas empresas no quieren saber nada de la responsabilidad social que tienen respecto a su entorno.
Ángeles Álvarez
Portavoz de la Comisión de Igualdad y diputada
«Hace falta una estrategia para la emancipación económica de las mujeres, lo que implica la lucha contra la precarización del trabajo femenino: necesitamos recursos propios suficientes para garantizar la autonomía y una posición de igualdad en la relaciones de pareja. También es urgente acabar con las dinámicas de promoción que privilegian que los varones».
Desde el Ministerio de Igualdad se dice que está ya recuperado el empleo femenino destruido por la crisis y la brecha de género era mínima. ¿Cómo lo valora?
La ultima EPA lo deja muy claro: Un millón y medio menos de mujeres activas respecto a los hombres. Desde la llegada del PP al Gobierno la población activa femenina ha caído un 1,25%. El ritmo de recuperación del empleo femenino es menor que el masculino en casi dos puntos y la brecha salarial se mantiene en un 22,86%. No cuadra con los discursos del Gobierno. La ley de Igualdad Salarial que los socialistas vienen proponiendo es urgente, como reforzar la red pública de atención, en situación de dependencia o el cuidado de menores de 0 a 3 años.
Las mujeres jóvenes españolas son de las que tienen peores perspectivas laborales de todos los colectivos europeos. ¿Hacen falta medidas especiales para ellas?
Sin duda. Ya he mencionado la necesidad de una ley de igualdad salarial, pero también es urgente acabar con las dinámicas de promoción que privilegian que los varones. Las acciones positivas siguen siendo necesarias no para impulsar a las mujeres sino para eliminar los obstáculos que las frenan a través de prácticas empresariales o costumbres sociales que las aparta o las relega a empleos que no proporcionan suficiencia de recursos. Hace falta mas ahínco en la lucha contra el sexismo y la violencia contra las mujeres y una estrategia decida para la emancipación económica de las mujeres, lo que implica la lucha contra la precarización del trabajo femenino: las mujeres necesitan recursos propios suficientes para garantizar su autonomía y una posición de igualdad en la relaciones de pareja.
Gloria Poyatos
Magistrada y Pdta. Asoc. Juezas de España
«La carrera judicial española es el paradigma del ‘techo de cristal’. Las juezas somos el 52%; por debajo de 50 años, el 64%. Las magistradas rubricamos más de la mitad de las sentencias, pero la cúpula es masculina: de 78 integrantes del Tribunal Supremo solo 11 son mujeres. El Tribunal Constitucional solo ha tenido seis mujeres; es una anomalía democrática que perpetúa la desigualdad».
¿Hay brecha salarial entre jueces y juezas?
En la carrera judicial disponemos de nuestra propia brecha salarial, aunque legalmente las retribuciones no hagan distinciones existen otros factores como el concepto de “trabajo productivo” o “tiempo de trabajo”. Por ejemplo, en la carrera judicial el 98’38 % de los permisos y excedencias familiares son solicitados por las juezas que mientras cuidan no perciben retribuciones, ni cotizan para futuras pensiones y pierden oportunidades formativas para poder competir hacia un ascenso. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, entre 2013 y 2016 sólo tres excedencias para cuidado de familiares fueron solicitadas por jueces (varones). Por ello es sustancial promover cambios en un mercado de trabajo construido a espaldas de las mujeres. No se trata de que ellas se adapten a las experiencias masculinas sino de integrarlas respetando su diversidad. La inteligencia emocional debiera ser un requisito imprescindible de acceso a la carrera judicial, pues el sentido común y la empatía no se enseñan en la universidad, ni pueden memorizarse en una oposición, se adquiere con la experiencia social.
En ocasiones la desigualdad parte de la interpretación de la ley en las sentencias. ¿Cómo lo valora?
La carrera judicial no es un estamento estanco, aislado o inmune a los prejuicios y estereotipos de género. El machismo es una enfermedad de transmisión social y los jueces y juezas nacemos, nos educamos y opositamos en la misma sociedad patriarcal que el resto de profesiones. Deberíamos contar con una formación especializada en género obligatoria, de la que actualmente carecemos en la judicatura. Hacer real el principio de igualdad no permite neutralidad, hay que adoptar un enfoque constitucional. Ello significa integrar la perspectiva de género como criterio de referencia en la impartición de justicia de todas las jurisdicciones y ello no es una opción del magistrado/a sino un mandato legal imperativo para todos los órganos judiciales. Hay que feminizar la Justicia para que sea Justicia.
Mar Mas
Secret. gral. Mujeres en el Deporte Profesional
«La situación en el deporte profesional es lamentable. Necesitamos una ley que las proteja porque están a merced de los clubes. Los patrocinadores quieren visibilidad, pero sus oros apenas se ven. Este año la selección de baloncesto femenina venció en Europa y uno de los mejores equipos renunció a competir por falta de medios. La prima del Atlético de Madrid femenino por ganar la liga en 2017 fue de 54 euros».
¿A tu juicio, en qué hemos avanzado en cuanto a igualdad en el deporte?
Hay pequeños destellos pero no grandes avances. Cada semana tenemos campeonas del mundo que nadie conoce, equipos femeninos que ganan campeonatos pero nada se traduce en mejoras económicas ni de condiciones. Cuando tu carrera deportiva depende de una subvención o un pequeño patrocinio, molesta mucho y duele la desidia de las instituciones y lo mal gestionadas que están.
Si la brecha de género salarial es grande en todas las profesiones… ¿cómo calificarías la del deporte profesional?
No existe brecha porque no hay baremos. No hay legislación por la que los clubes se vean obligados a dar un mínimo,es la jungla. Las mujeres están absolutamente desprotegidas. No les pagan derechos de imagen, se lo quedan los clubes, las federaciones… Incluso deportistas que han ganado las becas ADO para entrenar al final el dinero se diluye en las federaciones, una mafia que mueve millones en la que nadie se ha metido todavía seriamente. Como en lotería y apuestas.¿Porqué no puedes apostar por equipos femeninos cuando las mujeres pagamos igual impuestos? Mi pregunta sería, ¿existe algo de igualdad en el deporte español?
Rocío Nieto
Pdta. Asoc. APRAMP para la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituta
«El trabajo es el cebo para engañar a las mujeres y conver- tirlas en esclavas. Los proxene- tas las ven como máquinas de hacer dinero a 15-20 servicios al día. Necesitamos el compromi- so del Gobierno para darles formación, papeles y empleo. Solo así saldrán de la trata. Cada vez hay más niñas prosti- tuidas en nuestro país. Sin demanda no habría oferta».
La trata de mujeres hunde sus raíces en el empleo femenino. ¿Se convierte el trabajo en el cebo perfecto?
Por supuesto, cuando vienen de países pobres, los proxenetas urilizan las ofertas de trabajo falsas para conectar a través de amigos, familiares con las niñas y mujeres… Pero no hay que dejar de hablar de la demanda. Si hay prostitución y trata de mujeres es porque hay hombres que las demanda para usarlas sexualmente. Y queremos advertir que estamos detectando que están llegando más niñas víctimas de trata a España. Eso es porque hay demanda de prostitución infantil. Los demandantes piden carne fresca, me parece indigno tener que decir esto pero las piden y cuanto más jóvenes, mejor. Incluso ya hay niñas chinas, un mercado muy turbio y oscuro de difícil acceso. En nuestro piso de refugio ahora mismo tenemos a 7 niñas de 15 y 16 años, sobre todo nigerianas, búlgaras, rumanas, brasileñas.
¿Y puede servir un empleo digno para salir de las redes de trata?
Por supuesto. Pedimos a la Administración que se esfuerce, creo que lo están entendiendo. Estas mujeres y niñas se convierten en máquinas de hacer dinero para los proxenetas. Y no cuentan con alternativas para salir de ahí. En APRSMP tratamos de ayudarlas con formación, pero necesitamos apoyo público y necesitan papeles. En 29 años hemos atendido a 4.200 mujeres. Ese daño que han sufrido hay que recuperárselo y darles un trabajo digno para que tengan libertad.
Laura Nuño
Dtra. Observatorio de Igualdad de la URJC
«En el informe sobre Brecha de género del Foro Económico Mundial, España ha retrocedido 14 puestos desde 2006 y en el indicador de participación en el mercado laboral o empleos de alta cualificación pasamos del 29 al 72. Apenas se invierte en políticas de cuida- dos porque se nos endosa esa obligación y, en nuestro país, incumplir las leyes de igualdad es gratis y sin coste político».
Creaste el primer grado académico de Género en España. Aún hoy, mucha gente no entiende la importancia del género en los estudios y análisis. ¿Podrías explicarlo?
Las principales universidades europeas o norteamericanas ofertan, desde hace más de tres décadas, consolidados grados en la materia y tienen departamentos especializados. Aquí ni lo uno, ni lo otro. En las políticas de igualdad opera siempre un mecanismo de “suma cero” de forma tal que el poder que gana un colectivo subordinado lo pierde aquel que ejercía el dominio sobre éste. Una redistribución del poder que provoca una airada reacción ante una pérdida de privilegios de algunos que interpretan como pérdida de derechos y que consideran que los estudios de género o feministas son el enemigo a batir.
Dentro del mercado laboral, ¿por qué es importante la perspectiva de género y cómo puede ayudar a avanzar en la igualdad?
Porque no existe una perspectiva neutra en términos de clase sexual como no lo existe en términos de clase social. Si no se incorpora una perspectiva de género que neutralice el androcentrismo que impregna nuestras sociedades, seguiremos alimentando y reproduciendo la desigualdad. Si no reconocemos que mujeres y hombres tienen distintas condiciones en el mercado de trabajo y que el mercado laboral tiene un diseño determinado, seguiremos perpetuando la desigualdad, la segregación sectorial, los techos de cristal, la brecha salarial… Eso sí, el día de la igualdad salarial, el 8 de marzo o cualquier otro día “señalado” podremos recuperar unas estupendas declaraciones de una hace una década denunciando la cuestión y seguirán teniendo plena vigencia.
Yolanda Domínguez
Activista y artista visual
«Hemos avanzado más en concienciación que en igualdad. Ahora detectamos más la ausencia de mujeres o denunciamos la publicidad que discrimina. Pero no es suficiente. Hemos ido hacia atrás en la representación de la violencia: el feminismo va más allá de un eslogan en una camiseta. Las marcas deben comprometerse y hay que ser conscientes de nuestro poder al consumir: la cesta de la compra es todo un posicionamiento político»
Haces campañas de concienciación sobre el uso de la imagen de la mujer en la publicidad. ¿Hemos avanzado o retrocedido? No hemos avanzado mucho pero hay algo de concienciación al respecto. La publicidad sigue utilizando estereotipos y sigue haciendo un uso exclusivamente corporal de la mujer, pero los consumidores y consumidoras empezamos a denunciar y a reclamar una publicidad más comprometida. Es muy buena señal pero no es suficiente. En algunos casos hemos ido hacia atrás: en la asociación que el mundo de la moda hace entre la violencia y la figura femenina. En las editoriales de moda cada vez vemos modelos más delgadas, desfallecidas, tiradas por el suelo e incluso que parecen haber sido violadas o golpeadas. Esta representación de la violencia como algo glamuroso es muy peligrosa, porque se normaliza y llega a parecernos algo atractivo o deseable.
¿Qué medidas aconsejaría al Gobierno en tu sector a favor de la igualdad?
Hace unos meses en el Congreso fui convocada por la Subcomisión para un Pacto de Estado en materia de Violencia de Género y mi exposición fue sobre cómo activar las imágenes y utilizaras como una herramienta de transformación social. Creo que actuando en el imaginario colectivo y ofreciendo otros referentes que no nos limiten a roles desiguales (mujeres sumisas / hombres agresivos) se podría atajar una de las causas de la desigualdad. Internet a las mujeres nos ha permitido nuevas formas de trabajar en red y de estar unidas. Ha habido numerosas iniciativas llevadas a cabo a través de un simple hashtag que han logrado que se retiren campañas o incluso que dimitan altos cargos. Por otro lado nos permite la opción de hacer llegar a las marcas, a los políticos y en general al poder, nuestra opinión. Esto es muy revolucionario porque antes los medios tenían la exclusividad de la comunicación pero internet y las redes sociales la han abierto a ambos sentidos. Yo puedo recibir la publicidad de una marca y hacerle saber que no me ha gustado nada o por el contrario, que me ha encantado.
Carmen G. de la Cueva
Directora de La Tribu y La señora Dalloway
¿Cuál te parece que sería el avance más necesario para un futuro cercano en igualdad?
Hace escasamente un mes se llegó a un acuerdo para un Pacto de Estado contra la violencia machista y supongo que debería ser una celebración, pero lo que de verdad me preocupa es que en el texto del Pacto solo aparezca una vez la palabra “machismo”, como si nos diera miedo asumir que nuestra sociedad es machista. Me preocupa que, según una encuesta del CIS, tan solo el 1,7% de los españoles consideren la violencia de género como un problema grave. Cuando más de sesenta mujeres son asesinadas de media al año y cientos de miles de mujeres son maltratadas. No solo me preocupa, me aterra. ¿Qué sociedad igualitaria vamos a construir si nuestras políticas, nuestros medios de comunicación, nuestras instituciones y nuestra educación son machistas? No solo hace falta que se empiece a educar en igualdad desde la escuela, a la mayoría de nuestros políticos les vendría muy bien reeducarse en igualdad. El cambio real vendrá cuando consideremos el machismo —y todo lo que ello conlleva: educación, publicidad, violencia, brecha salarial— un problema grave y urgente.
Tú has optado por el autoempleo y has creado varias iniciativas culturales como La Tribu… ¿Es fácil ser emprendedora mujer en nuestro país?
En la cultura española hay una brecha de género abismal. A pesar de que las mujeres firman el 45,5% de las obras publicadas, solo el 22% de las autoras se lleva el reconocimiento de los premios. La colección permanente de los 22 museos españoles de arte contemporáneo se compone de un 82% de obras firmadas por hombres y solo el 18% por mujeres. Según el último informe anual de CIMA, solo un 19% de películas españolas estrenadas fueron dirigidas por mujeres; las guionistas representan apenas un 12% y las directoras de fotografía un 9%. ¿Por qué el arte que hacemos las mujeres cuenta menos? ¿Por qué parece tener menos valor artístico? ¿Por qué este reportaje se publica en un suplemento de moda y no en las páginas centrales del periódico?
Tú has vivido en otros países en tu época Erasmus. ¿Estamos igual que ellos en igualdad en general y en igualdad laboral en particular?
Recuerdo que cuando llegué a Alemania a los veinte años, aquello me parecía el futuro. Era como viajar en el tiempo a un mundo mucho más civilizado. La gente parecía más educada, más limpia, más cívica que en España. Había como más armonía. Pero en mi clase alemana seguían reproduciéndose los mismos roles de género que en mi clase sevillana. Los chicos eran los que hablaban en clase, los que llevaban la voz y las chicas callaban y asentían. España no es Suecia, pero si aquí se tuvieran en cuenta algunas de las medidas que se toman allí, quizá el camino se haría más corto. Hasta el 2012, en Suecia tan solo el 26% de los largometrajes estaban dirigidos por mujeres. Después del plan por la igualdad en el cine, el 50% están dirigidas por mujeres y representan el 70% de presencia en festivales internacionales y el 60% de los Goya suecos. ¿Qué quiere decir esto? Si el Gobierno no dialoga con colectivos, asociaciones e instituciones feministas para implementar medidas reales y legítimas, nada cambiará.
Viviana Waisman
Fundadora Women’s Link
«En la justicia hay una brecha entre lo que dice el derecho y cómo se aplica. Los estereotipos y prejuicios que pesan sobre las mujeres y las niñas las dejan desprotegidas. La justicia tiene que poner el foco en qué pasa en la sociedad para que estas no sigan siendo maltratadas, violadas y asesinadas por los hombres».
¿Te parece que las víctimas de la trata por ejemplo y las mujeres migrantes parten de condiciones de precariedad tan grandes que las revictimizan?
Las mujeres migrantes y las mujeres víctimas de trata sufren múltiples desigualdades en su camino. Es importante entender que a las personas no se nos puede clasificar como si cupiéramos en ‘cajas’ que no están conectadas entre sí. Una mujer puede ser, a la vez, víctima de violencia de género, víctima de violencia sexual, víctima de conflictos armados y víctima de trata. Si cuando las mujeres intentan acceder a la justicia son clasificadas en base a prejuicios o estereotipos sobre lo que una víctima debe ser o cómo debe comportarse, entonces no se está teniendo en cuenta el contexto completo. Y hay un serio peligro de que sean revictimizadas por todo el sistema judicial, incluyendo los tribunales. La forma de no revictimizar a las mujeres y a las niñas es luchar porque tengan acceso a sus derechos y respetar sus proyectos de vida. Porque todas las personas, incluidas las mujeres migrantes o víctimas de trata, tienen deseos, sueños y planes de futuro que debemos escuchar y respetar.
Women’s Link es la ‘policía’ de las sentencias judiciales. ¿Recuerdas alguna tanto positiva como negativa relacionada con el empleo femenino y/o la discriminación laboral?
Día a día en nuestro trabajo nos encontramos sentencias muy buenas que avanzan la igualdad de género, pero también otras muchas muy discriminatorias. Recuerdo un caso que estuvo nominado este año a peor decisión judicial en nuestros Premios Género y Justicia. Se trata de una sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia sobre un caso de acoso sexual en unos conocidos grandes almacenes. El jefe de departamento, entre otras cosas, llamaba ‘chochitos’ a sus empleadas, pero fue absuelto porque el tribunal consideró que únicamente existió una “falta de consideración” hacia las trabajadoras. Todo ello a pesar de que se presentaron pruebas claras, como las notas con contenido sexual que les dejaba o los informes psicológicos de las denunciantes, que llegaron a estar de baja médica por la situación. Un caso que muestra una vez más que aún queda mucho por hacer para que las leyes que protegen a las mujeres no se queden en un simple papel mojado.
Paloma Escudero
Dtra. mundial de comunicación de Unicef
«Casi dos millones de niños españoles viven en riesgo de pobreza, con una madre con empleo precario o temporal y muchas veces como único adulto en la familia. Hay que pasar a la acción diaria. El gobierno debe garantizar que no sea penalizada en salario o carrera por tener hijos. Las empresas deberían liderar en igualdad salarial y laboral».
UNICEF señala la desigualdad laboral como uno de los factores que contribuyen a la pobreza de las mujeres y los menores. ¿Qué datos destacaría?
Casi dos millones de niños españoles viven en riesgo de pobreza. Esto es un escándalo en pleno siglo XXI. Estos niños viven normalmente con una madre con empleo precario o temporal como único ingreso (y muchas veces como único adulto en la familia) que debe sacar adelante 2-3 hijos. El empleo femenino precario o temporal en España se traduce en muchas ocasiones en salarios más bajos o peores condiciones laborales. En el pasado, estas mujeres vivían cerca de su entorno familiar (abuelos, familia,…), ahora esas redes ya no siempre existen y necesitan un mayor apoyo de la sociedad, de las administraciones píblicas o de sus empleadores. Una mayor igualdad en las condiciones laborales se traduciría inmediatamente en el bienestar de nuestros niños y en roles familiares mas equitativos con padres y/o madres con salarios adecuados según su profesión y no según su genero, que además pudieran compatibilizar familia y trabajo
¿Qué compromisos pediría a las empresas y a la sociedad?
Pasar de las buenas palabras a la acción diaria. Hemos avanzado mucho en reconocer la igualdad en el papel a nivel de políticas publicas o de empresa. Pero cambiar las actitudes, los prejuicios y la discriminación diaria requiere de fuerte convicción por parte de los directivos en las empresas y por parte de los Medios de Comunicación y los líderes políticos y sociales. Las empresas punteras en nuestro país pueden liderar con su ejemplo en la igualdad salarial y laboral. Otros seguro que seguirían, Fueron las empresas mas visionarias las que marcaron ese cambio en muchos de los países de nuestro entorno.
Justa Montero
Cofundadora Asamblea Feminista de Madrid
«Seguimos siendo mayoritarias en trabajo a tiempo parcial con los consiguientes derechos parciales y menor presencia en puestos directivos. El panorama es desolador: altas tasas de paro y desigualdad en condiciones, salarios… No reconocer el trabajo de cuidados sirve de excusa a los empresarios para mantener las discriminaciones».
¿Es la perspectiva de género feminista una tarea pendiente en el ámbito laboral y por qué? ¿Qué cambiaría si se aplicara?
Sin ninguna duda y a las pruebas me remito, los datos año tras año y sea cual sea la fuente (sindicatos, organismos internacionales) muestran un panorama desolador con altas tasas de paro generales, y una clara desigualdad en la situación de mujeres y hombres en las condiciones de empleo, en los salarios; se mantiene una fuerte segregación profesional, las mujeres seguimos siendo mayoritarias en el trabajo a tiempo parcial con los consiguientes derechos parciales, y con una menor presencia en los puestos directivos. Sin igualdad es imposible que haya prosperidad.
Muchas veces leemos que a las mujeres se nos reduce a los cuidados.¿Qué consecuencias laborales tiene para la mujer verse obligada a ser la mayor responsable de los cuidados?
El trabajo de cuidados es una carga para las mujeres por las condiciones en las que se tiene que realizar, porque no se reconoce ni valora como un trabajo imprescindible para la vida de todas y todos. No reconocerlo tiene unas consecuencias laborales para las mujeres enormes, sirve de excusa a empresarios para mantener las discriminaciones, y se lanza el mensaje de que somos nosotras las que tenemos que “conciliar” lo casi imposible: jornadas y condiciones de trabajo con vida personal y familiar. Para conseguir la igualdad en este terreno tendría que haber una co-responsabilización real de los hombres (no eso de “yo ayudo”), una política empresarial diferente y políticas públicas, recursos y servicios que se responsabilizaran de cubrir estas necesidades.
Violeta Assiego
Activista LGTBI de Amnistía Internacional
«El avance laboral para las personas transgénero ha sido importante, e insuficiente. El empleo es un ‘lugar privilegiado’ donde el reparto cisexual juega a tu favor y la disidencia de género te excluye. Hay desconocimiento sobre las personas trans y sin medidas antidiscriminación ni sensibilización se dificulta tener un empleo y mantenerlo».
En el pasado Orgullo el portavoz de la Marea Arco Iris, José Urbaneja, señaló que las personas transexuales y transgénero tienen un 85 por ciento de paro a causa de la “discriminación”. ¿Tanto se les dificulta el acceso al empleo?
Claro, la incorporación al mercado laboral, e incluso mantener el trabajo, para muchas personas trans es muy complicado. Por un lado, los departamentos de recursos humanos de las empresas (y también de muchas ONG) desconocen la realidad y cuando ven aparecer una persona trans la identifican automáticamente con problemas mentales, emocionales, de relación y/o personalidad. No hay una apuesta ni pública ni privada para que las personas trans puedan encontrar trabajo o mantenerlo sin ser objeto de una sobreexposición. Ya es suficientemente complicada la discriminación en el día a día, sobre todo en los momentos de transición, como para que la fuente de ingresos que te da estabilidad en muchos planos de su vida se tambalee o simplemente no exista porque parece que la persona trans se tiene que esconder hasta que logre pasar completamente desapercibida como ‘un hombre’ o ‘una mujer’ más.
¿Cuál sería el avance más necesario para la comunidad trans respecto al empleo?
Despatologizar la transexualidad por completo y eliminar los actuales requisitos de hormonación y tratamiento psicológico que recoge la Ley de 2007. Asimismo, hay que atender las demandas de los colectivos de menores transexuales y darles un trato acorde a su género sentido evitando las situaciones de acoso y discriminación a las que están especialmente expuestos en los centros educativos y otros espacios de socialización con sus iguales. Por ello, es imprescindible invertir en formación para todos aquellos operadores institucionales que ocupan lugares clave en los servicios públicos (educativos, sociales, de empleo, jurídicos, de salud,). De ellos dependen la información, los trámites y servicios que permiten a las personas trans acceder a sus derechos. Este acceso no puede quedar supeditado a su buena voluntad o a sus creencias. Hacen falta iniciativas que se basen en la pedagogía y no en la sanción, de lo contrario no se logrará cambiar la mirada heteropatriarcal que está detrás de la discriminación y la violencia que hay contra las personas trans y contra quienes trasgreden el binarismo de género y sus roles.
Clara Luquero
Alcaldesa de Segovia y creadora de Mujeres que transforman el mundo
«En todo el mundo, la desigualdad está feminizada. Es hora de que quienes toman decisiones acepten que las experiencias profesionales de las mujeres tienen mucho que aportar, que ejemplarizar. Hay que erradicar la desigualdad sala- rial. Comparto la máxima de Virginia Woolf: no habrá igualdad hasta que las mujeres tengamos independencia económica y, por ello, nuestra propia habitación».
De los encuentros Mujeres que transforman el mundo, ¿qué conclusiones sacas de la situación de la mujer en el mundo en el ámbito laboral?
Cuando hablamos de los derechos humanos de las mujeres, desgraciadamente, funcionamos como un colectivo: hay problemas, barreras, obstáculos que, con los matices propios de culturas y hábitos sociales, compartimos. La desigualdad está feminizada, afecta más a las mujeres que a los hombres. Y tal vez por ello las iniciativas cívicas, sociales, laborales de las mujeres en todo el mundo tienen la fuerza incomparable y ejemplar de tener que enfrentarse, de raíz, a las circunstancias que las exigen. Por eso son transformadoras, eficaces, novedosas y ejemplares.
¿Cree que hay algún campo que se resista especialmente a la igualdad para las mujeres?
Los puestos directivos, de toma de decisiones en general, desde el ámbito educativo al empresarial. Tiene que ver con las propias estructuras sociales y económicas, pensadas desde luego al margen de las mujeres, y que se mantienen a pesar de que las mujeres vayamos estando en ellas. Hemos conseguido que los derechos laborales sean los mismos, pero aún queda camino por recorrer, en lo que se refiere, por ejemplo, a la elección profesional de las mujeres: sigue habiendo feminización de los servicios más básicos, menos cualificados. Y una gran distancia entre hombres y mujeres a la hora de elegir estudios que exijan una independencia y dedicación para las cuales la sociedad apoya más a los hombres que a las mujeres.
Inés de Nicolás
Maestra y pedagoga
«No se educa en igualdad. Hacerlo sería cambiar la percepción de nosotras mismas, estudiar qué mundo queremos y modificar nuestras actitudes machistas. Las mujeres mejor formadas tienen salarios más bajos que los hombres, su presencia en la alta dirección es testimonial, sigue la violencia de género entre jóvenes… Se hace un esfuerzo titánico para afrontar un mercado laboral paternalista y estereotipado».
¿Cuál es tu valoración en educación en igualdad en España?
En España no aprobamos en esa materia e incluso hay involuciones peligrosas con los centros educativos segregados. Las consecuencias son muy claras: en nuestra sociedad permitimos que las mujeres mejor formadas tengan salarios más bajos que los hombres, su presencia en la alta dirección es testimonial y vemos casos, en aumento, de violencia de género entre los más jóvenes…
¿Es posible acabar con la discriminación y las desigualdades laborales sin educar en igualdad?
No, y solo procesos educativos sostenidos en el tiempo, coherentes, con medios y un trabajo arduo detrás harán que esto cambie. Es un trabajo colectivo que empieza en casa con la educación de los padres y las madres, sirviendo de modelos a sus hijos e hijas con otra forma de reparto de roles, de colaboración, de afectos, de tolerar las diferencia… Y que sigue en la escuela con un profesorado que viva la no discriminación, que aprenda a evaluar distintas formas de aprendizaje, la diversidad de alumnos y alumnas, que sienta en sus entrañas la igualdad y el respeto y no acepte otra cosa. Necesitamos un sistema educativo que no “escurra el bulto”. El papel no educa por sí solo.
Inmaculada Idáñez
Pdta. Confederación. Asoc. Mujeres del medio rural
«Nuestro mayor problema es la dependencia económica. A la mujer no la contratan, ni le pagan la seguridad social e incluso se le niega la propiedad de la tierra, aunque fuera suya. Además tenemos más dificultad para acceder a créditos. Podemos hacer lo mismo que los hombres, pero la igualdad no se cumple en el campo. Hay que cambiar la mentalidad, empoderarnos y educar. Pero no se invierte en ello».
Sabemos mucho de la brecha salarial y de las desigualdades laborales de género en las ciudades y oficinas, incluso entre las CEOS y altas directivas pero, ¿a qué problemas específicos se enfrentan las mujeres en el ámbito rural?
La mujer tiene muchos problemas en el terreno laboral en el campo. El principal es la misma dificultad para acceder al trabajo. Además en el tiempo ella no tiene sostenibilidad porque no le pagan la Seguridad Social con lo cual pierde el derecho al paro o a una futura pensión. Nos tienen en la economía sumergida. Todo esto le genera una fuerte dependencia económica que muchas veces es la raíz de situaciones terribles de violencia de género. Las mujeres en el campo hacemos las peores tareas, las menos valoradas y por supuesto peor pagadas, incluso aunque sean muy duras. Como cuando las mujeres cogían las aceitunas que quedaban en el suelo. Sin embargo, cuando se trata de ir en tractor con aire acondicionado eso se reserva para los hombres. También los encargados de las fincas son varones. No conozco a ninguna mujer que lo haya conseguido.
¿Cómo se puede cambiar?
Con educación para cambiar la mentalidad del medio rural. Fortalecer y empoderar a la mujer para que se lo crea, informarla para que conozca las herramientas y empezar ya con los niños y las niñas, cuanto antes mejor. De momento no se está haciendo mucho. En las escuelas rurales, la igualdad brilla por su ausencia. Además, siempre les digo a las mujeres que las madres, hermanas, tías, abuelas jugamos un papel fundamental aparte del colegio en esa educación, hay que inculcarles lo que valemos las mujeres. Pero solas no podemos cambiar a la sociedad. El asociacionismo femenino es muy importante porque nos reforzamos como compañeras, ganamos en fuerza. Como CERES consideramos que hemos aumentado en la participación, pero es tan poco…
Marta Gómez Casas
Dtra. ‘Tolerancia Cero’ en Radio 5
«No creo que en el siglo XXI exista ninguna razón que justifique la asimetría en los salarios. Cobrar distinto por hacer el mismo trabajo no solo es injusto, es síntoma de una pervivencia perversa de las cloacas del sistema patriarcal. Se jalea a los hijos varones cuando dicen que quieren ser astronautas, pero a nuestras hijas les sugerimos elegir algo menos complicado».
En el terreno laboral, ¿cuáles crees que son las mujeres más invisibles, las que sufren con más virulencia la discriminación y la falta de oportunidades que denunciáis en tu programa?
Dos tercios de los más de 780 millones de analfabetos que hay en el mundo son mujeres: ellas son las más discriminadas, porque poder leer y escribir significa tomar conciencia, participar de manera activa en la vida social y política de tu comunidad, ser ciudadanas de verdad. Las que sufren con más violencia la falta de oportunidades. Las mujeres pobres. A las que nadie pregunta nada. Millones de mujeres en todo el mundo no pueden decidir cuándo, cómo y con quién casarse, si quieren ser madres o no, o cómo manejar sus relaciones sexuales… ¿Os imagináis no ser dueñas de ninguna de estas cosas tan importantes? ¿Imagináis estar sometidas a la voluntad de un padre o de un marido que escoge por vosotras, que decide si sois impuras o no, si habéis cometido un delito de honor contra la familia, y cómo debéis ser castigadas…?
¿Ha habido alguna noticia que hayas cubierto en tu programa Tolerancia Cero relacionada con el empleo y la mujer que recuerdes especialmente?
Recuerdo con mucho cariño dos reportajes que hice con la historia de tres mujeres luchadoras: la de una médico internista que fue de las primeras alumnas de la Facultad de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. Ella contaba que en aquel entonces había muy pocas mujeres en clase y que, aunque en general las trataban muy bien, siempre había excepciones, como el catedrático de Venereología, que traía al aula pacientes aquejados por todo tipo de enfermedades de transmisión sexual y solía sacar a las alumnas al estrado para que los examinaran, en medio del regocijo de sus compañeros varones. Esa especie de humillación un poco sádica me llamó la atención. Ella había sido médico residente en la Jiménez Díaz como internista, una profesional brillante que acabó dedicándose a la pediatría porque era una especialidad más femenina para la época. También recuerdo un reportaje que hice contando la historia de dos mujeres a las que estudiar les cambió la vida: Pilar Cavestany, la primera alumna que se licenció en la Uned, y Elisa Pérez Vera, la primera rectora de una universidad española. Ambas me emocionaron por su constancia y su espíritu de lucha en una época en la que había que ponerse el mundo por montera derribando muchos estereotipos, porque las aulas no eran para señoritas…
Laura Morillo-Velarde
Desarrolladora y miembro de Tech & Ladies
«Un profesor me dijo al saber que iba a estudiar Informática: «No la acabarás, no es para ti». Para poner fin a los estereotipos en tecnología aconsejaría ense- ñar programación en las escuelas. En una empresa me pagaron un bonus menor que a un compañero y es inconcebible que no se haga un encuentro femenino de gamers por amenazas y no pase nada cuando hay condenas por tuits de mal gusto».
¿A tu juicio, en qué hemos avanzado más las mujeres en cuanto a igualdad en España en en cuanto a las carreras STEM?
El mayor avance ha sido el incremento en la incorporación de la mujer al mundo laboral. Es estupendo ver que más mujeres desarrollan su carrera profesional. En el ámbito de las carreras STEM otro avance importante es que cada vez más empresas se dan cuenta de la necesidad de fomentar que haya una mayor inclusión y una mayor participación de las mujeres. Parece que se han dado cuenta de que la brecha de género va más allá de qué le gusta más a los hombres o a las mujeres y que es importante solucionarla.
En las carreras tecnológicas las mujeres os organizáis en asociaciones femeninas. ¿Por que?
Sabemos que a día de hoy estamos en minoría y que por desgracia eso puede hacer que se nos vea como ‘unicornios’ en estas carreras. Por ello, las comunidades de mujeres en tecnología surgen con varios fines: proveer entornos seguros, compartir en ellos recursos que nos ayuden tanto profesionalmente como con los problemas que nos podemos encontrar como grupo minoritario e intentar dar una visibilidad mayor como conjunto. Es más fácil mostrar que en la tecnología hay mujeres y enseñar a más mujeres que estas carreras también pueden ser para ellas si puedes dar ejemplos de cientos de mujeres que ya lo están haciendo que si únicamente tienes casos aislados. Además, el éxito de una iniciativa apoyada por una comunidad con una meta común es mayor que el éxito que una persona sola puede conseguir.
Semíramis González
Vocal de Mujeres en las Artes Visuales
¿Es sexista el mundo del arte español?
Todos los sectores son sexistas en la medida que las personas crecen en un sistema de privilegios patriarcales que reconoce más los méritos y trayectoria de los hombres que los de las mujeres. El arte español, además, ha estado muy vinculado a “grandes nombres” (como diría Linda Nochlin) que han sido masculinos: desde Picasso, por supuesto, a Antonio López, Tapies, Gordillo o Barceló. Sin embargo, son menos reconocidas María Blanchard, Carmen Calvo o Esther Ferrer, por señalar algunas. Las mujeres seguimos teniendo que hacer el triple para que se nos reconozca la mitad.
¿Cómo se explica que la carrera de Bellas Artes sea mayoritariamente femenina pero luego los artistas más valorados sean en su mayoría hombres?
Claro, esto responde a la anterior pregunta… Ya no vale la excusa de que ellas no pueden formarse y que no tienen el mismo punto de partida. El problema es posterior: hay un techo de cristal en el sector artístico, al igual que en otras profesiones, que relega las carreras de las mujeres a partir de los 35 años, es decir, cuando la conciliación y la corresponsabilidad se convierten en el día a día. Ahí se nota mucho esa continuación de la carrera en el caso de ellos y un techo de cristal muy fuerte para ellas. Los informes que publica MAV nos dan cuenta en cifras de este techo de cristal: una media de 65-70% de mujeres licenciadas en Bellas Artes o Historia del Arte, y 22% dirigiendo centros de arte. Sin embargo, el 81% de quienes trabajan como conservadoras de departamentos, jefas y coordinadoras de exposiciones temporales son mujeres. Es decir, ellas lo trabajan y ellos lo dirigen.
Marina Núñez
Doctora en Bellas Artes y artista
«En el arte contemporáneo nadie se considera machista, insisten en que no tiene género. Según esa versión, las mujeres somos peores artistas (y comisarías, gestoras, historiadoras…). No es cierto. Desde los 70 se estudian los obstáculos sociales, el concepto de genio incompatible con la identidad femenina, etc. Estamos representadas en el mejor caso en un 30%. La lentitud del sector en igualdad es desesperante».
Si pido a cualquiera por la calle nombre de pintores será casi imposible que me digan uno de mujer, aún hoy. ¿Por qué?
En la base de la pirámide hay muchas mujeres, un 60-70% pero luego, en la profesionalización, se reviertan los porcentajes, nos hace ver con toda claridad que sí existe discriminación. Que además no se reconoce, porque nadie en el mundo del arte contemporáneo se ve a sí mismo como machista. Casi todos insisten en que el arte no tiene género y en que no miran el sexo del artista, solo su calidad. Así que, según esta versión, en la que nadie reconoce su responsabilidad, las mujeres, para decirlo claramente, somos peores artistas (y comisarias, gestoras, historiadoras…). Ya desde los 70 se estudian los motivos, como los obstáculos sociales, el canon que premia ciertos lenguajes, objetivos y actitudes, quién y cómo escribe la historia, o la incompatibilidad entre identidad femenina y el concepto de genio. Si aún hoy casi nadie sabe nombres de artistas mujeres es, además de por el desconocimiento general sobre arte contemporáneo, porque efectivamente hay menos artistas mujeres exitosas.
¿Por qué crees que es necesario el arte con perspectiva de género?
Para empezar, no creo que el arte no tenga género, como tantas veces se dice. No hay ninguna actividad que pueda estar al margen de la forma en que somos socializados, porque es así como el sistema nos interpela, es así como nos constituimos: como sujetos de género. Igual que somos lo que somos en función de otras estereotipaciones igualmente poderosas, como la raza, la clase, la edad… Y nadie hace nada milagrosamente a espaldas de su identidad, creo yo. Otra cosa es el arte que decide hablar de género, el arte feminista. Como soy una convencida de que el arte es una fuerza emancipadora, porque las transformaciones en lo simbólico acaban siendo transformaciones en la sociedad, creo que sí es un arte necesario. Que junto a tantas otras acciones feministas van, a pesar de la lentitud exasperante, provocando cambios.
Carmen Castro
Doctora en Economía y creadora de singenerodedudas.com
«En economía y políticas públicas predominan las trampas patriarcales al no considerar cómo impactan los proyectos según la desigualdad existente entre mujeres y hombres. La economía feminista tiene en cuenta las necesidades de los procesos que sostienen la vida –entre ellos los ‘cuidados’– y los ecosistemas. Hay que hacer desaparecer la economía de casino y la economía de iceberg».
¿Cuáles son las causas para la perpetuación de la desigualdad laboral?
Hay que buscarlas en el funcionamiento del propio sistema, en la expoliación tanto de los recursos naturales como de las capacidades humanas y fundamentalmente del tiempo de las mujeres; y, por otra parte, en los mecanismos por los que se reproducen los procesos de acumulación por desposesión -causantes de la fuerte polarización de la distribución de rentas y riqueza en el contexto actual de precarización laboral, devaluación de los trabajos- y en la todavía vigente división sexual del trabajo. De manera más directa, es la preeminencia masculina y la cultura de la ‘testosterona’ lo que se traslada a través del sistema de roles y estereotipos sexuales, asignando expectativas de comportamiento y responsabilidades en función de la identidad de género de cada quien.
¿Qué es la economía feminista y cómo cambiaría nuestra sociedad?
La economía feminista es una corriente crítica a la ortodoxa convencional; la cuestión neurálgica desde la crítica feminista es la necesidad de repensar la asignación de recursos y prioridades teniendo en cuenta las necesidades de los procesos que sostienen la vida –entre los que se encuentran los ‘cuidados’, en gran medida no remunerados y realizados por mujeres- y los ecosistemas. Necesariamente nos llevaría a adaptar el ritmo del sistema económico a los tiempos de la regeneración y reproducción de la vida, lo que nos permitiría salir del ciclo alienante de tiempo para trabajar-trabajar para ganar- ganar para consumir-consumir para producir y con ello replantearnos qué producimos, en qué condiciones, a cambio de qué y sobre todo, qué necesitamos realmente para vivir. Este proceso de transformación requiere de una reestructuración radical de las relaciones -laborales, familiares, sociales, institucionales- desde la equidad de género, la equivalencia humana, la equifonía y la equidistancia, contribuyendo también a que las generaciones futuras puedan tener expectativas de disfrutar de condiciones de vida digna.