La ‘madre’ de la lucha contra la violencia de género

11 abril, 2018

El título del libro: ‘La mujer que dijo basta’. Y el del primer capítulo: ‘De niña bien a señora ‘mal’. Desde luego, despierta curiosidad. Hablamos con la periodista Charo Nogueira, autora del libro con las memorias de Ana María Pérez del Campo Noriega, pionera del feminismo y referente fundamental en la “larga lucha por la igualdad y contra la violencia de género en España”, desde 1970, con Franco aún vivo, hasta hoy mismo. A punto de cumplir 83 años, no quiso faltar en la histórica marcha de las mujeres por el centro de Madrid el pasado 8 de marzo.

Charo Nogueira fue compañera durante largos y fructíferos años en el diario El País; siempre destacó por su activismo a favor de las mujeres, en cada tema que proponía, en cada título que ponía. Un ion libre y crítico, distinto a los aires habituales en los años noventa en la Redacción de un periódico. Tras dejar el periodismo del día a día –“después de 35 años, necesitaba parar y reflexionar para contar las historias de otra manera”-, lo primero que ha hecho ha sido embarcarse en este concienzudo y documentado libro que en 300 páginas recoge las memorias de Ana María Pérez del Campo (en edición de libros.com), que es también la historia de casi medio siglo de feminismo y lucha por la igualdad en España.

Y se nota su buen oficio de periodista, capítulo tras capítulo: “Españolas, Franco ha muerto… y el divorcio está al caer (1976-1981)”. “El cambio y el difícil parto del aborto (1982-1995)”. “Giro a la derecha. ¿Violencia doméstica o de género? (1996-2003)”. “Zapatero, el ‘hada madrina’ y las leyes igualitarias (2005-2011)”. “El PP vuelve, el aborto también (2012-2017)”. A través de la biografía de Ana María, que detrás de todas estas batallas estuvo, y siempre de forma muy destacable, Nogueira deja en negro sobre blanco algo que no debemos olvidar: que el derecho al divorcio y al aborto, la ley de violencia de género, el respeto y reconocimiento legal de distintos modelos de familia y de matrimonios, no han llegado caídos del cielo, como un meteorito, sino tras mucha lucha y muchos sinsabores.

En la primera página se explica bien el germen del libro:

“Te he llamado porque ya estoy mayor. Moriré pronto. Quiero que cuentes estas cosas, porque la gente se está olvidando’. Ana María Pérez del Campo Noriega lo dice con media sonrisa. Apunta el verano de 2015. Con 80 años cumplidos y la salud haciendo alguna jugarreta, la veterana activista quiere dejar su testimonio ordenado, una pieza de la historia de las mujeres. Las fuerzas menguan, pero aun así va a diario a su despacho, a atender a las ciudadanas que acuden en busca de ayuda. Lleva más de 40 años ofreciéndola.

Pérez del Campo, la madre de la lucha contra la violencia de género en España, tiene un papel protagonista en el largo camino femenino hacia la igualdad. Desde que, junto a otras compañeras, logró que le autorizaran una asociación de separadas en 1974 –un año antes de la muerte de Franco-, hasta ahora mismo, como presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, una de las organizaciones feministas más peleonas. Una trayectoria que ella narra a la periodista en decenas de horas de conversación, desde el verano de 2015 hasta finales de 2017”.

Dos años y medio de trabajo junto a un referente de nuestra historia por la igualdad. ¿Qué es, Charo, lo que destacarías de ella?

Que ha sido una mujer capaz de dar proyección a un problema y situación personales, de hacer trascender una lucha personal a toda la sociedad, para evitar que a otras mujeres les pasara lo mismo, para que no tuvieran que pasar por los mismos malos tragos que ella.

Sigo leyendo las primeras páginas de La mujer que dijo basta: “La historia de esta activista ilustra el profundo cambio que han vivido las españolas en el último medio siglo. Aunque su punto de partida fuera poco común: una joven de cuna aristocrática que rechaza su destino asignado, el de señora bien (“Mis abuelos comían en vajilla de plata y con un criado detrás. Teníamos cocinera y pincha, una despensa bien surtida”). Separada cuando dar ese paso era una lacra, en los años 60 del siglo pasado, se hará feminista por su cuenta al entender que aquellos malos tragos los sufría por ser mujer. Desde entonces lucha para evitárselos a las demás”.

¿Y cómo, en aquellos años y en aquel ambiente, se forja su conciencia feminista?

Guarda buenos recuerdos de compañeras de lucha, como Cristina Almeida, Manuela Carmena, Begoña San José… Pero es una mujer que se ha hecho prácticamente sola, que se forja sobre todo a través de la lectura de feministas de otros países, como Simone de Beauvoir y El segundo sexo, y Betty Friedan y La mística de la feminidad, su referentes fundamentales, junto a la obra del psiquiatra Carlos Castilla del Pino, sobre todo Cuatro ensayos sobre la mujer.

Después de tantas décadas de lucha, ¿cuál es el principal sinsabor que le queda?

Ver que la igualdad real sigue sin alcanzarse, comprobar que cómo es posible que las mujeres no hayamos logrado esta equiparación.

¿Tú coincides?

Pues mira, sí. La vida de las mujeres tiene dificultades añadidas por el mero hecho de ser mujeres. Se ha avanzado con las leyes y en que las conductas machistas ya no están normalizadas, pero siguen estando ahí.

¿Crees que la sociedad le ha reconocido a Ana María su labor, sus desvelos, sus batallas?

No, ni a ella ni a muchas otras personas. En España en general no hay gran reconocimiento para las personas que dan la batalla desde la sociedad civil. 

Para Ana María del Campo, la Iglesia es su gran bestia negra…

Totalmente, una institución plenamente misógina en su organización, a la que tiene que sufrir desde su separación, para lo cual en aquella época había que acudir al Tribunal eclesiástico.

Especialmente interesantes en el libro resultan sus apreciaciones sobre los distintos presidentes de Gobierno con los que le ha tocado hablar y bregar. A Felipe González le reconoce méritos como la valentía al acometer en aquellos años la despenalización del aborto y el establecimiento de cuotas en la Ejecutiva del PSOE, pero a él se refiere luego como “la gran decepción”, por los derroteros tomados: “Las cosas que hace ahora son inconcebibles en un socialista. Está hecho un capitalista de pro. Una cosa es evolucionar y otra, dar la vuelta al calcetín. La que me gusta es su exmujer, Carmen Romero”. De José Luis Rodríguez Zapatero habla maravillas por las leyes que sacó adelante -Dependencia, Memoria Histórica, Igualdad y Violencia de Género, Matrimonio entre personas del mismo sexo– que colocaron a España en la cabeza del mundo de leyes igualitarias y que la animó a afiliarse al PSOE; aunque le reprocha que cerrara el Ministerio de Igualdad a la mínima de cambio, que fue lo primero que hizo en cuanto llegó la crisis.

Los retrocesos que han supuesto los gobiernos conservadores de Aznar y Rajoy los condensa en un hombre de nefasto recuerdo: Ruiz Gallardón. Otra bestia negra en su cargo de ministro de Justicia con el primer gobierno de Mariano Rajoy. Algunas de las palabras más duras del libro van dirigidas a él y a su empeño en sacar adelante una brutal contrarreforma para volver a penalizar el aborto. “La reforma de la ley del aborto será la tumba política de un hombre que aspiró a todo en el Partido Popular”. “A lo largo de su trayectoria como presidente de la Comunidad de Madrid y alcalde de la capital, Ruiz Gallardón fue un verdadero artista del camuflaje, pero yo nunca me creí que fuera un sensato centrista”.

Para algo sí sirvieron los empeños retrógrados de Ruiz Gallardón, para despertar y dar nuevos impulsos a la movilización feminista.

Movilización que tuvo su gran y visible celebración con la huelga y manifestaciones del pasado 8-M

Llegados a este punto, ¿tú crees, Charo, que hay o tiene que haber un antes y un después de esas movilizaciones?

Es muy interesante lo que está pasando, sobre todo por el protagonismo de las jóvenes. Yo creo que el 8-M no puede haber sido en balde; creo que significa totalmente un punto de inflexión. Esa demostración de poder de tantas mujeres juntas en la calle tiene que servir para dar fuerza a todas y a cada una, individualmente, en su reivindicación día a día, y cada una en su puesto, por la igualdad. Hay una generación joven que empuja muchísimo y que no está dispuesta a aguantar todo, ni siquiera un poco, de lo que han aguantado sus madres y sus abuelas. Y muchos hombres también se han dado cuenta de que un mundo igualitario es mejor para todos, porque la obligación de la masculinidad también tienen tela, eh…, tiene lo suyo, y muchísimos hombres no la comparten… De ahí la idea del feminismo como elemento transformador socio-político.

Y para seguir dando pasos hacia delante es fundamental no olvidar lo recorrido, y lo que ha costado obtenerlo. Ese es el objetivo fundamental de La mujer que dijo basta. Ahora a Charo Nogueira le gustaría seguir documentándose sobre la historia de las mujeres, seguir escribiendo de historia desde la perspectiva de género; pero reconoce que resulta difícil, que es un trabajo muy solitario para el que aún no encuentra mucha sensibilidad y receptividad; de hecho, el libro sobre Ana María del Campo ha salido adelante, como tantos proyectos culturales interesantes hoy día, tras completar una campaña de crowdfunding.

Fuente: El Asombrario.com