Ana María Pérez del Campo: “Hay que informar a las mujeres de sus derechos”

Entrevista a Ana María Pérez del Campo en «Voces visibles»

La Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas nace en 1973, durante el régimen franquista, cuando sólo existían dos organizaciones al servicio de la mujer: una era las Viudas de guerra y la otra dirigida a las amas de casa, condición que definía a las mujeres en la dictadura.

Ana María Pérez del Campo es la representante de esta Federación desde sus inicios; ha sido testigo de la transición del movimiento feminista desde la dictadura y su experiencia refleja una visión completa y distinta de lo que ha sido la formación del feminismo en España. Estudió Derecho Matrimonial en la época de Franco y se divorció a los 26 años. Lleva ejerciendo como defensora de los derechos de las mujeres por más de 30 años.

Ana María Pérez del Campo y nuestra periodista Adriana Cabello. Foto: Ignacio Ikary Perera Blanco

Ana María señala que dicha entidad, “nace con ámbito estatal, bajo el nombre de Asociación de Mujeres Separadas (no se podía poner nada más, porque la palabra divorcio era totalmente prohibida y penado en la dictadura) con lo cual, en 1980 adquiere el nombre de Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas”.

Esta Federación se constituye con un fin muy determinado, “la defensa de los derechos humanos y de los intereses de las mujeres, con incidencia en la necesaria modificación legislativa y también política”.

Según Pérez del Campo “la discriminación era tan gorda en el tiempo de Franco, que el adulterio de la mujer se representaba por haber estado una vez con un hombre distinto a su marido; la equivalencia masculina no era adulterio, era concubinato, que significaba convivir notoriamente con una mujer fuera del hogar o dentro del hogar (tener concubinas dentro del hogar)”.

Con la regulación del adulterio y de otras medidas legislativas, se pretendía opacar y discriminar a la mujer y a su vez otorgar control y poder al hombre. A pesar de todas las restricciones a las que se han visto sometidas las mujeres, Ana María señala que  “la evolución del tiempo demuestra que la fuerza no lo es todo, hace falta aplicar la técnicas necesarias para llevar todo, lo pueden hacer hombres y mujeres, lo importante es avanzar dentro de la especie a través de su cerebro”.

 

“De la clavícula para arriba somos iguales, hay que reconocer que la igualdad no solo es una cuestión de sexos. Hay que reconocer las capacidades de las personas. Llamo a un hombre muy hombre o a una mujer muy mujer, a quienes utilizan el intelecto, la formación, la capacidad de convencer más no de imponer”.

“La disciplina nunca puede asimilarse al autoritarismo sino en el convencimiento a los demás de las razones que asisten a unos y a otros”

 

Un feminismo radical y la importancia del lenguaje

Muchas personas relacionan el término radical con el feminismo. Si asociamos radical a  la definición que la Real Academia Española contempla, perteneciente o relativo a la raíz, entonces Pérez del Campo se considera una feminista radical  “porque el radicalismo significa ir a la raíz del problema. Creo que si no llegas a la raíz del problema no puedes resolverlo”.

Si bien es cierto, a la palabra radicalismo se le ha dado otra connotación.  En ocasiones, se hace referencia con este término a movimientos extremos con los que se quiere generar grandes cambios a nivel social. “La concepción que se tiene del radicalismo, es que nosotras vamos a ver si le quitamos el poder a los hombres y no es así. Las mujeres trabajamos mucho con el lenguaje. El lenguaje está al servicio del poder. Personas que defiendan los derechos de las mujeres con imposición no es la tónica general. Tengo la obligación de aproximarme al conocimiento que configura la civilización (hombre y mujeres)” aclara Ana María.

“El lenguaje es fundamental en el cambio que estamos proponiendo. Existen feministas lingüistas muy importantes. Que no se utilice la comunicación como un medio para seguir con la desigualdad y el desentendimiento”.

Explica la representante de la Federación, que la comunicación se debe utilizar de forma correcta para evitar malentendidos ya que se trata de un tema que si no se aborda de manera precisa, puede generar controversias. Es importante utilizar la comunicación como un medio para transmitir mensajes a través de un lenguaje apropiado, a fin de evitar que se malentiendan las ideas que se quieren transmitir. Es por esto quees relevante el hecho de que existan feministas lingüistas, es decir, que dominen la estructura gramática y el lenguaje de manera correcta para evitar confusiones.

 

Informarse para poder actuar

Ana María destaca, que es sumamente importante que las mujeres se informen correctamente acerca de sus derechos, sobretodo en el área legislativa, “hay que informar a las mujeres de sus derechos, ya que como todo derecho, si no se ejerce no existe. Por esto, se crea la asesoría jurídica de la información a la mujer (1973)”

La Federación ofrece servicios de Asesoría Jurídica y Asesoría Psicológica, además cuenta con unCentro de Recuperación Integral destinado a todas aquellas mujeres y a sus hijos, víctimas de violencia de género. Estos servicios son gratuitos y están a la disposición de cualquier mujer maltratada, sea española o extranjera.

Igualmente, cualquier mujer que necesite información sobre temas relacionados con su género puede recibirla en la Federación.